El PNV ha confirmado que el edificio de la Avenida Marceau en París, que hasta ahora albergaba la sede del Instituto Cervantes, ya forma parte de su patrimonio, a pesar de que el decreto que permitía esta cesión no haya sido convalidado por el Congreso. Según los nacionalistas vascos, la invalidación de la norma no afecta los actos realizados durante su vigencia, ya que los efectos del decreto no son retroactivos.
Desde el PNV explicaron que, aunque el decreto-ley haya sido rechazado, esto no obliga a revertir la transferencia del inmueble, ya que el traspaso se oficializó mientras el decreto estaba en vigor. De hecho, aprovecharon este período para inscribir la propiedad en el registro a su nombre, lo que consideran un acto irreversible. Según fuentes del partido, «la no convalidación supone el fin de los efectos del decreto, pero no invalida lo que ocurrió mientras estaba vigente».
La operación, que incluye también otras dos propiedades en Noyan y Compans, representa un logro histórico para los nacionalistas vascos. Según su versión, el palacete parisino, de gran valor simbólico, regresa a sus «legítimos dueños» tras haber sido confiscado por la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente ocupado por el régimen franquista. Este cambio de titularidad podría generar beneficios superiores a los 15 millones de euros, además de la renta que seguirá abonando el Instituto Cervantes por ocupar el inmueble hasta el 31 de diciembre de 2030.
Por otro lado, la decisión ha generado fuertes críticas de la oposición, especialmente del PP, VOX y Junts, que votaron en contra del decreto. Miguel Tellado, portavoz del PP, acusó al PNV de aprovecharse de la debilidad del gobierno de Pedro Sánchez para «sacar tajada». En respuesta, Aitor Esteban, portavoz del PNV, calificó a Tellado de «torpe» y «maleducado», defendiendo que su partido ha actuado de forma legítima en la consolidación de esta cesión.
Este movimiento ha sido interpretado por los críticos como un ejemplo de cómo las debilidades políticas del gobierno central pueden ser utilizadas para satisfacer demandas territoriales. Sin embargo, el PNV lo ve como una victoria histórica y una reparación de un derecho que, según ellos, les corresponde.