El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha asegurado que las comunidades autónomas gobernadas por el PP «cumplirán la ley» y acatarán el reparto de menas.
Ha señalado que no significa que las regiones puedan luego recurrirla ante los tribunales: «Que nadie tenga ninguna duda, las comunidades del PP cumplirán la ley, podrán recurrirla, pero cumplirán la ley. No habrá comunidades gobernadas por el Partido Popular insumisas frente a la ley».
La declaración ha llegado un día después de apostar por promover la «repatriación» de aquellos inmigrantes que entren en España de forma ilegal en la XXVII Interparlamentaria que la formación ha celebrado este fin de semana en Sevilla, un hecho que demuestra nos vaivenes y las contradicciones permanentes del PP respecto a la avalancha migratoria.
El Ejecutivo local de Ceuta (PP), entre otros, ya manifestó su respaldo al Real Decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros —tras el acuerdo con Junts— porque ofrecía «una solución eficaz» y ensalzó la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez al considerar que la norma confirmaba «la protección del interés superior del menor como una obligación inexcusable de las administraciones públicas».
En verano del año pasado la aceptación del reparto de menas provocó la salida de VOX de los gobiernos regionales, pues conllevaba el incumplimiento de los pactos. «Nadie nos ha votado para aceptar la política migratoria de Sánchez», manifestó el presidente de VOX, Santiago Abascal.
Meses antes, todos los grupos parlamentarios menos VOX se mostraron a favor de la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la regularización extraordinaria de más de 500.000 inmigrantes ilegales en España. La aprobación implicó iniciar el trámite parlamentario del texto.
Desde VOX, la diputada Rocío De Meer indicó que rechazaban la medida: «Queremos que España siga siendo España, no Marruecos, ni Argelia, ni Nigeria, ni Senegal. Y esto no es odio ni es xenofobia, ni racismo, es puro sentido común», añadió, antes de concluir que la ILP alentaba el «efecto llamada«.