El prestigioso diario norteamericano The Wall Street Journal ha publicado un artículo en el que critica con dureza al Gobierno de Pedro Sánchez por su apuesta por la energía renovable y el apagón masivo que dejó sin luz a más de 55 millones de personas en España y Portugal a finales de abril. Según el rotativo, este colapso eléctrico es una advertencia clara de los riesgos asociados a un sistema energético excesivamente dependiente de fuentes intermitentes como la solar y la eólica.
El diario argumenta que las redes eléctricas que se basan de forma mayoritaria en energías renovables carecen de la estabilidad necesaria para garantizar un suministro constante. A diferencia de las centrales tradicionales que utilizan combustibles fósiles, hidráulica o nuclear —y que generan electricidad mediante grandes turbinas rotatorias—, las instalaciones solares y eólicas no ofrecen la misma capacidad de amortiguación ante alteraciones bruscas en la frecuencia del sistema, un factor crucial para evitar apagones.
Uno de los puntos más técnicos del artículo señala que, mientras las fuentes convencionales estabilizan la red gracias a la inercia de sus turbinas pesadas, las renovables carecen de este efecto físico. En teoría, la tecnología moderna podría suplir esta carencia mediante «inercia sintética» o inversores de última generación. Sin embargo, The Wall Street Journal denuncia que gran parte de los parques eólicos y solares no han incorporado estas mejoras, principalmente por su elevado coste.
Más allá del problema técnico, el artículo subraya también el impacto económico de la transición energética impulsada por gobiernos como el de España. Cita datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que muestran que los países con alta penetración de renovables pagan significativamente más por la electricidad. Por cada aumento del 10% en la cuota de solar y eólica en la matriz energética, el precio medio por kilovatio hora se incrementa en más de 4 centavos de dólar. Alemania, paradigma de la política energética verde, paga actualmente 34 centavos por kilovatio hora, en comparación con los 11 centavos de media en países con baja penetración renovable.
El apagón sufrido por la Península Ibérica, lejos de ser un incidente aislado, demuestra —según el diario estadounidense— que las promesas de energía limpia, barata y fiable no se han materializado. Por el contrario, la transición energética está resultando más costosa y frágil de lo esperado, con consecuencias potencialmente graves para la seguridad y la economía de los ciudadanos.
En enero, el mismo medio ya había advertido que la narrativa optimista de los movimientos ecologistas respecto a las energías renovables era insostenible. Ahora, con el colapso eléctrico reciente como telón de fondo, redobla sus críticas, señalando que apostar por un sistema eléctrico sin respaldo adecuado ni planificación realista pone en peligro el bienestar de millones de personas.