«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

En defensa de nuestra dignidad y de la soberanía nacional

Los españoles no nos merecemos esto. Nos merecemos un Gobierno patriota, un Gobierno de valientes, un Gobierno que crea en España; no una banda de cobardes, blandos y descreídos.


El jueves recibimos una malísima noticia. La juez alemana encargada de resolver la eurorden decidió, por medio de un incomprensible auto, no entregar a Puigdemont a España para ser juzgado por rebelión. Una decisión la de la justicia alemana, que se entromete de forma intolerable en nuestra soberanía nacional y en nuestra capacidad para defender nuestro ordenamiento constitucional y la unidad de nuestra patria.
Sin duda es una puñalada trapera, recibida en los momentos más duros de nuestra historia reciente, por parte de los que más nos tendrían que haber apoyado en estos momentos difíciles. Que tomen nota todos esos papanatas que piensan que la disolución de España en unos Estados Unidos de Europa es nuestro futuro.
En VOX no cejaremos jamás. Por eso estamos estudiando el modo de personaremos ante el tribunal alemán para recurriremos una resolución que carece del más mínimo fundamento. Igualmente confiamos en las actuaciones que la Justicia Española realizará ante los tribunales europeos, pero desconfiamos de la respuesta de esos tribunales ajenos. Razones tenemos. Recordemos el fin de la doctrina Parot y la excarcelación de terroristas y violadores.
Pero el verdadero problema no está en los jueces alemanes y belgas. El problema, está en la infame actitud de un Presidente del Gobierno que desde hace dos años renunció a defender nuestra soberanía y el Estado de Derecho, arrodillándose ante un golpe separatista que todavía tiene secuestrados a millones de catalanes. Un presidente del gobierno que con su flagrante dejación de funciones se ha convertido en un auténtico cómplice del golpe de estado.
Fue cómplice Rajoy cuando por cobardía, incompetencia o un estúpido cálculo político, permitió que Puigdemont escapase de nuestras fronteras y se refugiase en el santuario judicial belga.  Fue cómplice Rajoy cuando aplicó el artículo 155 tarde y mal, convocando precipitadamente unas elecciones regionales en las que consiguieron la mayoría los mismos que habían perpetrado el golpe de estado. Fue cómplice Rajoy cuando consintió que TV3 siguiese envenenando el corazón de los catalanes con sus mentiras y su sectarismo. Fue cómplice Rajoy cuando no movió un dedo para terminar con el adoctrinamiento de la juventud catalana en las aulas. O cuando consintió, durante estas últimas semanas, la impunidad de los siniestros comités de defensa de la república a lo largo y ancho de Cataluña.
Lo peor de todo es que la rebelión continua. Y el Gobierno continua con su complicidad y no hace nada para evitar que los golpistas continúen con su siniestro plan. Ciudadanos y el PSOE aceptaron a regañadientes la aplicación del 155 y aplaudieron entusiasmados la intervención “light” de Cataluña. Como siempre, más interesados en sus ruines cálculos políticos a corto plazo que en el bien de nuestra Nación, Ciudadanos y el PSOE parecen más preocupados porque Cifuentes haya falsificado un título de máster -hecho intolerable-, que por los graves acontecimientos que se están produciendo en Cataluña. Sinceramente, no entendemos que se pida la dimisión de Cifuentes, que debe dimitir, y no se pida la dimisión de Rajoy por su nefasta siesta ante el golpe separatista.
Los españoles no nos merecemos esto. Nos merecemos un Gobierno patriota, un Gobierno de valientes, un Gobierno que crea en España; no una banda de cobardes, blandos y descreídos. Mientras eso llega, en VOX nos comprometemos a redoblar los esfuerzos de la acusación popular contra los golpistas y sus cómplices. No pararemos hasta conseguirlo.
Porque lo tenemos muy claro. España es una nación soberana. España no es Alemania ni debe serlo. El Gobierno, sus socios y su «inteligencia» nos han fallado. Es la hora del Tribunal Supremo, que debe juzgar conforme a nuestras leyes, ejercer nuestra soberanía y defender nuestra dignidad nacional. El juez Llarena está haciendo lo correcto. Su recurso ante Tribunal de Justicia de la UE será la prueba del algodón definitiva. Si nos fallan, igual que lo hizo el Tribunal de Estrasburgo con la doctrina Parot, se impondrá un SPEXIT JUDICIAL. No somos una colonia de Bruselas.

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