La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se arrepiente de aceptar encabezar la candidatura europea del PSOE. Teme que los próximos comicios del 9 de junio, propicios para el castigo al Gobierno, supongan un golpe para ella en sus aspiraciones políticas. Según Vozpópuli, fuentes cercanas a la vicepresidenta señalan que «no le apetece hacer campaña y darse un bofetón».
Ribera, poco después de aceptar encabezar la candidatura europea, fue una de las presencias destacadas, como ministra, en el comité federal. En él se realizaron loas y declaraciones de adhesión a la figura de Pedro Sánchez mientras éste amagaba con dimitir. El PSOE asume que las europeas serán un plebiscito sobre Sánchez tras haber paralizado España cinco días con su pantomima por la presunta corrupción de su mujer.
De hecho, Teresa Ribera, tras la vuelta de Sánchez y la campaña emprendida contra los medios críticos por el presidente y la mayoría de ministros, matizaba hace unos días su postura. El pasado jueves, preguntada por el asunto, respondía que el Gobierno no «demoniza» a los periodistas aunque sí les pide «responsabilidad».
Tampoco tendrá fácil ser comisaria europea, que era el objetivo real de Ribera al encabezar la candidatura europea de su partido. Tendrá que competir con el checo Jozef Sikela, ministro de Industria de su país y mejor posicionado que ella para lograr un puesto en el Ejecutivo comunitario.
