Mientras el presidente autonómico Quim Torra insiste en la consecución de la república catalana, llama a la movilización y avanza que desoirá las setencias judiciales, el presidente nacional Pedro Sánchez le pide diálogo.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha pedido al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, pactar un «referéndum vinculante» de autodeterminación, al tiempo que ha llamado a la movilización y a una «marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales» en Cataluña.
La propuesta de Torra, que ha dicho que no aceptará ninguna sentencia que no sea la libre absolución de los dirigentes soberanistas en el juicio por el procés, la ha recibido el Gobierno emplazándole a que abra un diálogo con todos los catalanes sobre el autogobierno y a que respete las decisiones judiciales.
El Teatro Nacional de Cataluña (TNC) acogía este martes una conferencia de casi una hora en la que Torra, ante cerca de 800 personas, repasaba las claves del «conflicto» con el Estado y esbozaba su estrategia política de cara a los próximos meses.
«Llamamiento solemne»
En un escenario con un lazo amarillo y una ‘senyera’ junto al atril, Torra hacía un «llamamiento solemne» al Gobierno de Sánchez a acordar un «referéndum vinculante y reconocido internacionalmente» para «renovar el mandato» del 1-O, «sin amenazas, sin violencia, sin miedo, sin guerra sucia».
Torra ofrecía «diálogo y negociación para que el Gobierno español aproveche la oportunidad de convocar de manera acordada un referéndum de autodeterminación», como hicieron, ha recordado, el gobierno británico y el canadiense.
«Hago un llamamiento solemne al Gobierno del Estado a la negociación de buena fe. Sentémonos, escuchémonos, hablemos y negociemos, siempre con la paz y la democracia como principios de actuación», decía Torra, que evitaba vincular esta negociación a la puesta en libertad de los «presos políticos» y el «retorno de los exiliados», un vínculo que sí estaba incluido en su intervención escrita pero que él no ha llegado a verbalizar.
A lo Martin Luther King
Torra, que empleó el español en algunos fragmentos de su discurso, ofrecía al Estado dialogar, negociar y encontrar «conjunta y bilateralmente» una solución al conflicto en Cataluña, que «no renunciará nunca a su derecho de autodeterminación».
Bajo el lema de «libertad o libertad», Torra proponía iniciar una gran «marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales de Cataluña», siguiendo, Torra dixit, el ejemplo de «grandes luchas por la libertad» como la de Martin Luther King.
Una marcha que ha de ser una «movilización amplia, diversa y multitudinaria»: «Empieza mañana y acaba el día de las sentencias contra los presos políticos y que solo podemos concebir como absolutorias».
De nuevo, la diada
Ante el «desafío enorme» de las próximas semanas, el president hacía un «llamamiento» a que en la Diada del 11 de septiembre haya una «asistencia multitudinaria que desborde la Avenida Diagonal de Barcelona para reivindicar la República Catalana y darle fuerza».
Tras advertir que «no aceptará» que los soberanistas que serán juzgados por el ‘procés’ sean condenados, porque «en ninguna democracia del mundo puede ser delito poner urnas», añadía: «No nos resignamos a unas sentencias injustas que sólo traerían más dolor, más conflicto, más represión. Sobre humillaciones no se construirá nunca nada»: «Personalmente no puedo aceptar ni aceptaré ninguna sentencia que no sea la libre absolución. Llegado el caso contrario, si se diese el caso de que la sentencia no fuese la libre absolución de los procesados, estudiaré qué decisiones hay que tomar y me pondré a disposición del pueblo de Cataluña, a través de sus representantes legítimos en el Parlament».
Moncloa no quiere futuribles
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, respondía después en una comparecencia en Moncloa: «Paso a paso. No hablemos de futuribles. Casi ninguna persona que está sometida a los tribunales tiene mucha determinación para aceptar las sentencias, pero finalmente las sentencias de los jueces hay aceptarlas».
El presidente de la Generalitat anunciaba, por otra parte, la creación de un «Foro Cívico, Social y Constituyente» que sea el punto de partida hacia un «proceso constituyente fruto de grandes consensos sociales». También apostaba por «recuperar con urgencia» las 14 leyes «sociales progresistas y avanzadas» suspendidas por el Tribunal Constitucional «a instancias del PP», por lo que en el próximo debate de política general en el Parlament, a inicios de octubre, prevé que se presenten iniciativas en este sentido.