Esquerra propone en su ponencia base, que los militantes podrán debatir y enmendar hasta la celebración de la Conferencia Nacional, que hay que trabajar para «ampliar la mayoría social sin confundirla mecánicamente con la mayoría parlamentaria».
ERC considera que para hacer efectiva la «república catalana» es necesario que el apoyo a la independencia supere el 50 % de la población de Cataluña, por lo que en la ponencia de su Conferencia Nacional propugna ampliar la base social y, a la vez, trabajar para crear un marco de diálogo multilateral.
ERC ha entregado a su militancia la ponencia política que debatirán en la Conferencia Nacional prevista para los días 30 de junio y 1 de julio, en la cual se propone abordar la situación actual del proceso soberanista y prever la estrategia futura hacia la consecución del objetivo de construir una «república catalana».
En el texto hay elementos de autocrítica cuando, por ejemplo, se admite que «es perfectamente constatable que el resultado final del ‘Octubre catalán’, desde la políticamente exitosa celebración del referéndum hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución española y la convocatoria de las elecciones del 21-D, no se ha traducido en el nacimiento de la ‘República Catalana'».
Considera, sin embargo, que «el precio que ha pagado el Estado español para frenar el embate del soberanismo catalán ha sido enorme al haber optado por el uso de la violencia -policial, judicial, institucional, mediática y también simbólica- en lugar de haber favorecido las vías de diálogo, lo que le ha deslegitimado a ojos de una amplia mayoría de la ciudadanía».
ERC interpreta que, pese a los avances, «la realidad es que hoy en día el independentismo no es suficientemente poderoso aún como para convertir Cataluña en una ‘república independiente’, entre otras cosas, porque hoy en día representa aproximadamente un 50 % de la población catalana, proporción insuficiente cuando de lo que se trata es de que la ‘república’ nazca por medios estrictamente cívicos, pacíficos y democráticos».
Por este motivo, Esquerra propone en su ponencia base, que los militantes podrán debatir y enmendar hasta la celebración de la Conferencia Nacional, que hay que trabajar para «ampliar la mayoría social sin confundirla mecánicamente con la mayoría parlamentaria».
Además, añade, hay que «recuperar las complicidades con aquellos sectores políticos y sociales que, siendo favorables al derecho a decidir, se han situado al margen de la estrategia de las fuerzas partidarias de la ‘república catalana'».
Por lo que respecta a la actitud con respecto al «Estado español», ERC se propone superar la dualidad entre la vía unilateral y la de la negociación bilateral, y considera que lo adecuado es abrir un marco de diálogo y negociación multilateral en el que intervengan «actores políticos e institucionales de índole muy diversa».
«Es necesario -se afirma en la ponencia-, ir más allá del debate binario, estéril y contraproducente de la unilateralidad versus bilateralidad», porque «los procesos de cambio profundo son necesariamente multilaterales».
«No se trata sólo que impliquen, en algún momento, algún tipo de negociación entre independentistas y Estado matriz, -precisa- sino que ambos actores son internamente plurales y, a la vez, están envueltos de otra multiplicidad de actores (otros Estados, organizaciones internacionales, empresas, sindicato…)».
Según indica la ponencia de ERC, «es necesario buscar el apoyo de terceros actores que puedan desbloquear las situaciones de ‘impasse’ y contener los excesos de las partes, sobre todo de la parte poderosa».
«La conquista del derecho a decidir, que -según ERC- es una condición insuficiente pero imprescindible para la independencia, llegará no sólo por la movilización de una amplia mayoría de nuestra sociedad, sino también por el papel que puedan tener las fuerzas democráticas del Estado español críticas con el régimen del 78, y de los actores europeos más sensibles con la defensa de la democracia y los derechos humanos».