España acogerá a otros 500 inmigrantes ilegales iberoamericanos que entraron de manera irregular en Estados Unidos a lo largo de 2024. Forman parte de los acuerdos que Pedro Sánchez selló el año pasado con Canadá y Estados Unidos para «aliviar la presión migratoria sobre Washington», sin tener en cuenta la presión migratoria que sufre España y que ya llevó a la Ministra de Migraciones, Elma Saiz, a tener que reconocer esta semana que nuestro sistema está desbordado.
España se comprometió a esta exigencia de Estados Unidos y Canadá a cambio de que Pedro Sánchez fuera recibido por Joe Biden en la Casa Blanca el año pasado. Estos 500 inmigrantes ilegales se van a unir a los 80 nicaragüenses que ya entraron en España en diciembre y que van a empezar a trabajar en un parque fotovoltaico de Valladolid, donde una ONG se ha encargado de acoger a 25 familias.
Según informa The Objective, las ONG encargadas de las oficinas de Inmigración de este proyecto, establecen filtros para incluir a las personas más vulnerables dentro de este proyecto y también verifican que los solicitantes no estén registrados en ningún fichero policial, aseguran fuentes del departamento de Elma Saiz. El trabajo más arduo, sin embargo, es dar con un empleo para los refugiados o al menos para alguien de la unidad familiar, una tarea en la que colaboran ministerios, embajadas y organizaciones sin ánimo de lucro, al igual que para el traslado de todos ellos al país de destino.
El objetivo es que los refugiados sean reasentados en sectores deficitarios, principalmente en zonas rurales donde las empresas españolas no encuentran trabajadores residentes en el país, aunque no hay noticias de que previamente se hayan intentado este tipo de planes con los más de tres millones de parados de nuestro país.