«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
las causas siguen bajo investigación

España alcanzó máximos históricos de renovables justo antes del apagón del 28 de abril

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen y la presidenta de Red Eléctrica de España, Beatriz Corredor.

En plena euforia por los registros históricos de producción renovable, España sufrió el pasado 28 de abril un apagón sin precedentes. A día de hoy, las causas siguen bajo investigación tanto a nivel nacional como europeo.

El 16 de abril, Red Eléctrica anunció que entre las 12 y las 13 horas se alcanzó un máximo horario de participación renovable del 80,7%. Ese mismo día, se aseguró que la producción de fuentes como la eólica, la fotovoltaica, la hidráulica o la solar térmica cubrió el 100% de la demanda peninsular. Sin embargo, fuentes del sector aclararon que se mantuvieron operativos 6GW de generación no renovable, por lo que ese supuesto «hito» fue más propagandístico que real.

Apenas cinco días después, el 21 de abril, se alcanzó otro récord: la energía fotovoltaica llegó a cubrir el 61% de la generación durante una hora, entre las 13 y las 14. El mes cerró con un 64,3% de producción renovable, coincidiendo con una caída de la demanda del 2,1%, en parte por la climatología y por una Semana Santa más tardía que en 2024.

En el reparto de tecnologías, la eólica lideró con un 21,6%, seguida por la fotovoltaica (20,1%) y la hidráulica (19,4%).

Pero mientras se acumulaban los récords y se celebraban los logros del modelo renovable, el sistema eléctrico español se tambaleaba. La caída en la demanda y la previsión de un tiempo estable llevaron a desconectar cuatro centrales nucleares durante la Semana Santa, a lo que se sumó la parada de Trillo por recarga rutinaria.

En el momento del apagón solo quedaban operativos cuatro reactores nucleares: Almaraz II, Ascó I y II y Vandellós II. Los demás —Trillo, Almaraz I y Cofrentes— permanecían desconectados, entre otras razones por la carga fiscal que dificulta que la energía nuclear compita en el mercado con las tecnologías subsidiadas y volátiles como la solar y la eólica.

La participación de los ciclos combinados de gas era también mínima en ese instante. No obstante, su actividad se disparó inmediatamente después del colapso para restablecer el sistema, evidenciando su papel esencial como respaldo del modelo «verde».

Según los datos provisionales de Red Eléctrica, la demanda eléctrica cayó un 40,9% el día del apagón respecto al mismo lunes del año anterior. Al día siguiente, el descenso fue del 12,7%.

En Baleares, los ciclos combinados cubrieron el 66,1% de la generación y las renovables aumentaron hasta el 18,1%. En Canarias, los ciclos combinados lideraron con un 41,7%, mientras las renovables se situaron en el 21,1%. Ninguno de los dos archipiélagos se vio afectado por el apagón, a pesar de que Baleares está interconectada con la península a través del cable Cometa de 400MW.

Red Eléctrica ha recordado que no controla el mix energético, sino que se limita a verificar que el resultado del mercado garantiza la seguridad del suministro. Cuando no es así, puede aplicar «restricciones técnicas» que fuerzan la entrada en operación de tecnologías más estables, aunque más caras, como la nuclear, el gas o la hidráulica. En este caso, el ajuste no llegó a tiempo.

Quinta reunión del comité del apagón

El comité que investiga lo ocurrido celebró este lunes su quinta reunión, esta vez en la sede de Endesa, con la participación de su consejero delegado José Bogas. Las sesiones anteriores tuvieron lugar en Red Eléctrica e Iberdrola. Este martes, el comité volverá a reunirse, presidido por la ministra Sara Aagesen, en el Ministerio, justo antes de su comparecencia ante el Congreso. También intervendrá Cani Fernández, presidenta de la CNMC, para explicar las actuaciones tras el conocido como «cero energético».

La red europea de operadores eléctricos, ENTSO-e, ha confirmado que a las 12:32:57 del 28 de abril se produjo una desconexión de 2,2GW de generación en el sur de España. En los siguientes segundos, se observó una caída de frecuencia y un aumento de tensión en toda la Península y en Portugal.

El secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, ha detallado que esta pérdida inicial se produjo 19 segundos antes de la caída masiva, que implicó más de 15GW de generación, cifra que coincide con los 10GW de deslastre de demanda y los 5GW de interconexión que estaban activos en ese momento.

Desde el Ministerio de Transición Ecológica han confirmado que la pérdida fue mayor y que el apagón superó los 15GW de golpe. Una situación que expone las grietas del modelo energético actual, basado en fuentes intermitentes y altamente subvencionadas.

Mientras tanto, desde Lisboa, la ministra portuguesa de Medio Ambiente y Energía, Maria da Graça Carvalho, ha apuntado directamente a una falta de resiliencia de la red y a problemas de control de potencia y almacenamiento, alertando del riesgo que supone una red dominada por tecnologías intermitentes. Aunque añadió que existen renovables no intermitentes, como la hidráulica, su peso hoy es claramente insuficiente para garantizar un suministro estable.

El apagón ha dejado en evidencia que los récords no garantizan seguridad. Y que el experimento energético del Gobierno, más ideológico que técnico, ha terminado generando un sistema inestable que se apaga cuando más se le necesita.

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