Casi seis de cada diez, (17.965, un 58 %), fueron hombres, y el resto (13.155, un 42 %), mujeres.
España batió en 2017 todos los récords de peticiones de asilo con un total de 31.120, más del doble que las contabilizadas el año anterior, aunque solo resolvió 13.350, de las que dos tercios fueron rechazadas, según ha denunciado hoy la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
La organización ha recopilado los últimos datos de Eurostat, que sitúan a España como el país donde más se incrementaron estas peticiones, si bien apenas supone un 4 % del total que recibió la Unión Europea, y está muy lejos de otros como Alemania (222.560), Italia (128.850) o Francia (98.635).
Este notable aumento se debe principalmente a las peticiones de personas procedentes de Venezuela, que se triplicaron, así como a un incremento considerable de las realizadas en el puesto fronterizo del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas -sobre todo de personas palestinas- y al aumento de solicitantes de Colombia.
Así, España recibió 10.350 solicitudes de ciudadanos venezolanos, más del doble que los sirios (4.225), a los que siguieron los colombianos (2.460), ucranianos (2.265), palestinos y argelinos (ambos con 1.165), salvadoreños (1.120), hondureños (970), cameruneses (750) y marroquíes (525).
Casi seis de cada diez, (17.965, un 58 %), fueron hombres, y el resto (13.155, un 42 %), mujeres.
La mayoría de denegaciones fueron para personas procedentes de Ucrania (3.025), seguida de Venezuela (1.530) y Argelia (1.035).
«Nuestro país está fallando clamorosamente a miles de personas que llegaron a nuestro país en busca de refugio, haciéndoles esperar meses o incluso años para luego negarles el asilo, dejándoles en un limbo jurídico y social», ha lamentado la secretaria general de CEAR, Estrella Galán.
Y es que nuestro país acumula 38.880 solicitudes pendientes de resolver; de ellas, una de cada tres (13.425) proceden de Venezuela, 4.095 de Ucrania, 2.895 de Colombia y 2.460 de Siria.
Un «colapso» que conlleva que casi 40.000 personas vivan «en este momento en la incertidumbre de no saber si podrán quedarse en España o tendrán que volver a los países de los que huyeron, con el riesgo que eso supone», ha censurado Galán.
Por el contrario, aumentaron las concesiones de estatuto de refugiado (595 frente a las 355 de 2016), de los que la mayoría fueron para personas de Palestina (115), seguida de Marruecos (55, sobre todo del colectivo LGTB), Irak y Ucrania (25 cada uno).
También hubo 4.080 reconocimientos de protección subsidiaria, en su mayoría a sirios (3.470) y ninguna por razones humanitarias.
Con todo, España ofreció algún tipo de protección a la mitad de personas a las que se la otorgó en 2016, principalmente porque se han resuelto muchos menos expedientes de ciudadanos de Siria, aunque ellos siguieron siendo el grueso de las concesiones de algún tipo de protección con un 95 % del total.