Camino de convertirse en otro estrambote jurídico similar a la ley del sí es sí, la polémica regulación de la ley trans, que debe proteger los derechos de las personas transexuales y el colectivo LGTBI, ha levantado una buena polvareda en Asturias. Expertos asturianos ya han alertado sobre las consecuencias que pueden derivar de esta ley mientras las asociaciones vinculadas al colectivo LGTBI y feministas urgen al Gobierno del Principado a aprobar con la máxima celeridad posible una ley trans autonómica.
Hablando desde su propia experiencia personal, y también como estudiante de Psicología en la Universidad de Oviedo, Nagore Goicoechea cuenta que ha sufrido en sus propias carnes un proceso que llama de «detransición», y lamenta, en declaraciones que recoge el periódico La Nueva España, «la presión mediática y política», que «ha sido inmensa» para la aprobación de la ley trans. «Los intereses económicos y farmacéuticos, al igual que los deseos individuales, han superado la necesidad de las personas a su protección«, consideró.
Goicoechea lanza ya una advertencia de lo que puede suceder en España: «Los países que nos sacan ventaja predicen lo que pasará aquí: las demandas de las chicas a las que han animado a pensar que su única solución era la transición, y se dieron cuenta tarde de que no; los hombres que van a parasitar los espacios femeninos, desprotegiéndonos a nosotras; las trampas en los deportes, siendo victoriosos, a partir de ahora, los machos en categorías femeninas…». Pero con todo, «lo que más me preocupa es el adormecimiento social: que nadie se atreva a tener una voz disidente«, se lamentó esta estudiante de Psicología.
Una voz autorizada, José Errasti, desde su cargo como profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo y autor del libro «Nadie nace en un cuerpo equivocado», igualmente se pronuncia con una valoración desfavorable de esta polémica regulación estatal llamada ley trans. Regulación que, a su juicio, «parte del supuesto de que el sexo es un aspecto personal que cada persona puede libremente elegir y a partir de una idea tan insensata como esa se derivan mil problemas y mil errores», señaló.
Dentro de su campo, la Psicología, comenta al respecto de esta ley que «en el ámbito de la intervención psicológica, se derivan graves errores desde el momento en que el clínico queda obligado a aceptar la valoración que la persona hace de sí misma y obligado por ley a realizar un tipo de terapia afirmativa que no tiene el suficiente apoyo científico«, señaló a La Nueva España.
«Muchísimos jóvenes, en su inmensa mayoría chicas van a tomar de forma prematura la decisión de iniciar una transición médica, farmacológica, quirúrgica, a la que nadie se va a poder oponer. Las cifras indican que, en la última década, incluso menos, se ha multiplicado por 30, 40, 50 el número de chicas entre los 10 y los 14 años que declaran que en realidad son chicos y que exigen que el sistema médico les empiece a hormonar, a administrar bloqueadores de la pubertad… En la mayor parte de los casos es una decisión equivocada«, expuso, a modo de advertencia, de lo que se avecina.
Mientras tanto, desde las asociaciones vinculadas al colectivo LGTBI y desde la Plataforma Feminista de Asturias quieren aprovechar la «ola» de esta ley trans para que «también la ley autonómica sea aprobada y de este modo se blinden los derechos LGTBI+ ante posibles cambios por los resultados electorales». Y las elecciones municipales y autonómicas, a la vuelta de la esquina.
