«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Fallece Victorino Martín, ganadero de leyenda

El ganadero de reses bravas Victorino Martín Andrés ha fallecido a los 88 años tras no superar un «accidente cerebrovascular» que sufrió el pasado domingo en su finca «Monteviejo», en Moraleja (Cáceres), ha informado a Efe la familia del ganadero de Galapagar (Madrid).
Las últimas horas del Victorino Martín han transcurrido en su finca, donde ha estado acompañado desde que sufrió el derrame por su familia y allegados, que descartaron la idea de hospitalizarlo ante la irreversibilidad del accidente cerebrovascular sufrido.
«Le dio un ictus que fue prácticamente letal. Estaba ya muy mayor y era ley de vida que tarde o temprano llegara su hora. Es una pérdida irreparable para todos y estamos todos muy apenados», ha indicado a EFE la responsable de comunicación de la ganadería jefa de prensa, Ana Romero.
Su entierro tendrá lugar mañana, tras una misa funeral convocada para las 17:00 horas en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Galapagar, en el cementerio viejo de la localidad madrileña.
Nacido en Galapagar (Madrid) el 6 de marzo de 1929, Victorino Martín Andrés dejó la carnicería familiar en la que trabajaba de adolescente para cambiar las vacas moruchas por un lote de «albaserradas» de Escudero Calvo, que dieron lugar finalmente al afamado hierro de la «A Coronada», con más de medio siglo de actividad.
Martín fue siempre un idealista, «un hombre de campo, humilde y honesto», que dedicó su vida a un sueño: un prototipo de toro único que aunara toda la esencia de la bravura, la emoción y el espectáculo.
También batalló para que se persiguieran las manipulaciones y el afeitado de las reses.
La plaza de Las Ventas fue su principal bastión, y la afición de Madrid sus fieles partidarios. Muchos de sus toros han quedado ya para la historia, desde los 16 a los que se les ha dado la vuelta a ruedo en Las Ventas a «Velador», el único toro indultado en la historia de Las Ventas, a cargo de Ortega Cano en 1982.
Muchos toreros le deben también mucho a los toros de Victorino, desde Andrés Vázquez a Francisco Ruiz Miguel, pasando por Roberto Domínguez, Luis Francisco Esplá, Raúl Gracia «El Tato», Pepín Liria o Manuel Jesús «El Cid», entre otros.
Más allá de la capital del reino, los cárdenos del ganadero, afincado desde hace años en la provincia de Cáceres, han tenido también mucho predicamento en las principales ferias de España, como Sevilla, donde el año pasado se indultó el toro «Cobradiezmos», Bilbao, San Sebastián, Logroño, Zaragoza o Castellón.
Numerosos han sido los reconocimientos a su carrera, entre ellos la Medalla de Oro al mérito a las Bellas Artes, en 2014, y el Premio Nacional de Tauromaquia, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en 2016.
Su última aparición pública fue hace escasas dos semanas para recibir, junto a su hijo del mismo nombre y de manos del Rey Felipe, el Premio Nacional de Tauromaquia de 2016, que concede el Ministerio de Cultura, en la Catedral de Cuenca.
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