El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha apelado hoy, al ejercer por cuarta vez como delegado regio en la Ofrenda Nacional al Apóstol, a la necesidad de persistir en la unidad, en España y en el contexto europeo, y ello necesariamente sin «claudicar».
Galicia ha celebrado como ocurre cada 25 de julio, Día de la Comunidad Autónoma, esta ceremonia religiosa, en la que el máximo mandatario autonómico ha hecho hincapié en el mensaje de que la palabra acertada pronunciada con el poder de la convicción es siempre bálsamo contra el infortunio.
«Pluralidad no equivale a desigualdad» y «la razón ha de estar respaldada por la ley y la ley por la razón» son, en este sentido, algunas de las proclamas que ha defendido, como también que España garantiza suficientemente «el autogobierno» de sus nacionalidades.
«Necesitamos voluntad y decisión para no claudicar ante quienes predican la desunión», ha manifestado, y este ruego no solo lo ha reservado a su país, también a la UE, un común «espacio de paz» que ha de dedicar especial atención, entre otras múltiples cuestiones, a la política de acogida a los refugiados y a la lucha contra el terrorismo.
Recuerdos para Ignacio Echeverría, Miguel Ángel Blanco y el Alvia
En relación a este último aspecto ha cargado contra esta lacra, sea la motivación cual fuere, y ha puesto de ejemplos a dos personas estrechamente vinculadas a Galicia: Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP secuestrado y asesinado por ETA hace 20 años, e Ignacio Echeverría, quien perdió la vida al enfrentarse a unos yihadistas en Londres el pasado 3 de junio.
Ellos son «símbolos», ha esgrimido Núñez Feijóo, que en su discurso ha recordado que en el mundo existen problemas, conflictos y desesperanzas, y únicamente una «herramienta válida» para combatir todo esto, que es la «democracia».
El jefe del Ejecutivo gallego ha rememorado, asimismo, a las víctimas del accidente del tren Alvia registrado en julio de 2013 -«todos los días de Galicia quedarán marcados por su recuerdo»-, y ha aludido a las mujeres víctimas de violencia machista, un hecho ante el que «no están solas» y que «avergüenza a la sociedad».
Además, ha hecho mención a la crisis económica tan dura que se ha sufrido, a cómo se ha ido y va venciendo, y a la necesidad de apoyar a los jóvenes.
Reivindicar la tradición y «los ecos del pasado»
Núñez Feijóo no ha desaprovechado la ocasión, igualmente, y tras agradecer a la Casa Real la confianza depositada en él para esta encomienda, de incidir en el apego a las tradiciones, tal es el caso de esta ofrenda, instituida en 1643.
«Traicionar la tradición es tanto como hacerlo a esa Galicia del pasado» que hizo la Galicia del presente, ha espetado Feijóo, y ha expresado las ansias de perpetuarse de un pueblo que no olvida otras ofrendas como esta, anteriores, esos «ecos del pasado», sabiendo de la importancia de que «nuestro eco no se pierda», que Santiago, el patrón de España, «nos lo conceda».
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha recogido el guante en la contestación a la ofrenda regia, ha plasmado a su vez la conveniencia del «diálogo sereno» de los gobernantes y ha recriminado, como Feijóo, cualquier forma de violencia.
Y, acerca de la unión, ha apuntado que «no se puede construir lo propio sin velar por el próximo» y que hay más elementos comunes que «divergentes o contrarios entre sí», más «pluralidad compleja que pluralismo irreconciliable».
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