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biotech foods produce carne falsa a través de tejido animal

Italia declara la guerra a la «carne in vitro» mientras España invierte en un laboratorio de «carne cultivada» en San Sebastián

El Gobierno vasco destinó para el ejercicio del pasado 2022 y del presente 2023 casi tres millones de euros a la instalación de un laboratorio de «carne in vitro» en San Sebastián que prevé abrir sus puertas en 2024.

Tal y como se publicó el pasado 18 de abril en el Boletín Oficial del País Vasco, el Ejecutivo autonómico otorgó una ayuda de 2.692.505 euros a la empresa Biotech Foods; una significativa parte de los 15 millones de euros presupuestados en el programa Handitu para la transformación y comercialización de productos agrícolas, ganaderos y forestales.

La del Ejecutivo Vasco no es la primera ayuda española que recibe la empresa de fabricación de carne falsa. Antes de la inversión autonómica, en 2021, Biotech Foods fue una de las ocho empresas del sector agroalimentario y tecnológico que recibieron 3,7 millones de euros del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), perteneciente al Ministerio de Ciencia, para potenciar la fabricación de «carne cultivada». Y el mismo año recibió dinero de la Comisión Europea; en concreto una subvención de 2,7 millones de euros para su proyecto Meat4All (carne para todos, en español).

Mientras el consumo de carne no para de caer en España como consecuencia de la inflación y de la exclusión de este producto de la reducción del IVA decretada por el Gobierno de Pedro Sánchez —el 45% de los españoles compra menos carne por culpa de la subida de precios, según un informe de AECOC— gobiernos autonómicos, nacionales y europeos invierten en el desarrollo de la primera planta de producción industrial de «carne cultivada» en España, una de las primeras del mundo. ¿La excusa? El cumplimiento de una Agenda 2030 que asegura que el consumo de carne es perjudicial para el medio ambiente y para el ser humano.

«Carne ética» para frenar una «catástrofe moral» y ayudar a «seres conscientes»

Biotech Foods es una empresa vasca fundada en 2017 que desarrolla tecnología para la producción de «carne cultivada» o «carne ética«, como la define la compañía.

La sociedad asegura que la ganadería industrial es «la principal fuente de enfermedades pandémicas humanas del planeta y probablemente una de las mayores concentraciones de sufrimiento infligido por los humanos» y urge a terminar con esta «catástrofe moral».

«Debería ser una gran preocupación para las personas que buscan ayudar de manera efectiva a tantos seres conscientes como sea posible», explica Biotech Foods a la vez que acusa a la ganadería de contribuir con el cambio climático y hacer «un uso ineficiente de una parte importante de nuestros recursos disponibles».

En respuesta, la empresa produce carne falsa a través de la biopsia del músculo del animal, que luego se reproduce por cultivo celular hasta conseguir una masa cárnica que puede utilizarse como materia prima para elaboraciones como salchichas, hamburguesas, albóndigas o embutidos.

«En comparación con los métodos convencionales de producción de carne, que implican la reproducción, crianza, alimentación y matanza de animales vivos, la carne cultivada implica el uso de una muestra de células para cultivar el tejido deseado en un entorno controlado, haciendo uso de la biotecnología desarrollada originalmente para la investigación médica y trasplante de órganos», detalla Biotech Foods en su pagina web.

Ganaderos denuncian que no se han estudiado las consecuencias que puede tener esta carne para la salud

En respuesta a la publicación en el Boletín Oficial del País Vasco de las ayudas recibidas por Biotech Foods, el sindicato agropecuario EHNE ha emitido un comunicado en el que denuncia que las administraciones «no hayan visto con malos ojos» la instalación de esta empresa en San Sebastián.

«No se puede decir que estás del lado de los ganaderos y luego dedicarse a promocionar laboratorios para crear la carne in vitro. Es contradictorio», han criticado.

Así, afean al Gobierno vasco que haya dado permiso para un proyecto de estas características «a pesar de que todavía no se han estudiado las consecuencias que puede tener en la salud«.

En opinión de EHNE, la carne de laboratorio empujará a la ciudadanía a vivir «a merced de las patentes» y esto comprometerá «siglos de conocimiento, biodiversidad y paisaje». «La brecha en la soberanía alimentaria será evidente al quedar en manos de unos pocos la supuesta ‘alimentación adecuada'», denuncian en el texto.

EHNE afirma que la carne «in vitro» no ofrece ninguno de los beneficios que generan en la actualidad los ganaderos y asegura que «no es viable socialmente» y que no beneficia al medio ambiente. «Sólo llenará los bolsillos de unos pocos. Y entendemos que ningún gobierno debería presumir de estar a favor de los ganaderos y luego impulsar industrias que creen carne de laboratorio», concluyen.

Italia propone prohibir la carne de laboratorio

Mientras España entra por el aro woke de la Agenda 2030 y cede a las presiones de globalistas como Bill Gates, Jeff Bezos o Al Gore –los tres han invertido en Nature’s Fynd, una compañía que produce carne y lácteos a partir de hongos–, Italia rema en la dirección contraria.

Después de aprobar una norma que obliga a etiquetar claramente las harinas fabricadas con insectos y a almacenarlas aparte en los hipermercados, el Gobierno de Giorgia Meloni ha aprobado un proyecto de ley que pretende prohibir la producción y distribución de alimentos fabricados en laboratorio.

La iniciativa fue impulsada por el ministro de Agricultura y Soberanía Alimentaria, Francesco Lollobrigida, que considera que la gastronomía italiana está amenazada por el avance de estas nuevas técnicas de producción alimentaria. También ha sido respaldada por el titular de Sanidad, Orazio Schillaci, para quien «no existen pruebas científicas» que excluyan «los efectos nocivos relacionados con el consumo de alimentos sintéticos».

Los ganaderos italianos han apoyado el proyecto de ley con entusiasmo. Después de recoger medio millón de firmas contra la fabricación de carne sintética, Coldiretti, la principal asociación de agricultores italianos, definió la medida como «un acto de responsabilidad hacia el consumidor«.

«Después de la autorización para el consumo humano otorgada por la FDA –la autoridad alimentaria estadounidense– a los filetes de pollo creados en laboratorio, el riesgo es que se produzca una propagación también en la Unión Europea, donde las primeras solicitudes de autorización de comercialización podrían introducirse ya este año», advirtió la asociación en un comunicado. 

La norma impulsada por Meloni prevé multas de entre 10.000 y 60.000 euros para quien produzca, venda, distribuya o suministre alimentos, bebidas y piensos animales artificiales. En el caso de incumplimiento por parte de una empresa, el texto no descarta el cierre de su planta de producción.

El mismo día en que se presentó el proyecto de ley italiano, la compañía australiana Vow presentó en Ámsterdam una albóndiga hecha «con carne de mamut«.

Fabricada con «carne» cultivada en laboratorio a partir de una secuencia genética del extinto paquidermo, fue presentada dentro de una campana de cristal y acompañada de un mensaje contra el cambio climático. La sorpresa: no es comestible.

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