«El atentado o atentados se compondría de diversos ataques, pudiendo ser simultáneos o no, unos con explosivos (supuestamente en la Sagrada Familia) y otros mediante el uso de suicidas con armas de fuego e incluso armas blancas», relata el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales.
La Audiencia Nacional juzga desde a Abdeljalil Ait El Kaid, un marroquí residente en España que fue detenido en Varsovia en junio de 2015 cuando volvía de Siria para atentar en Barcelona, en lugares como la Sagrada Familia, el Casino o un transporte público de Plaza de Cataluña.
La Fiscalía le pide 10 años de cárcel por pertenencia a organización terrorista como parte del grupo de combatientes extranjeros seleccionados por Dáesh para volver a Europa a cometer atentados como los perpetrados en París ese año y, en el caso de El Kaid, con un objetivo, el de la Sagrada Familia, que barajaron también los autores de los atentados del 17-A en Cataluña.
«El atentado o atentados se compondría de diversos ataques, pudiendo ser simultáneos o no, unos con explosivos (supuestamente en la Sagrada Familia) y otros mediante el uso de suicidas con armas de fuego e incluso armas blancas», relata el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales.
La intención era perpetrar esos atentados entre julio y septiembre de 2015 y para ello el acusado pretendía contar con un piso franco en el que preparar toda la operativa y «una persona habría realizado tareas de vigilancia, control y estudio de diversos puntos» de Barcelona para «hallar el mejor objetivo posible contra el que atentar».