El pasado sábado el expresidente Carles Puigdemont aseguró que «todo se sabrá», y todas las alarmas han saltado en Génova. En una referencia directa a las conversaciones que el Partido Popular mantuvo con Junts antes de la fallida investidura de Feijoo, Puigdemont ha dejado en evidencia las incongruencias del PP.
La polémica se agrandó con las declaraciones de Feijoo a 16 periodistas seleccionados, en una comida informal, en la que habló de «arrepentimiento» y «concordia». Pese al revuelo causado, los últimos días Génova ha negado todas las informaciones, incluso el propio Feijoo llegó a ironizar sobre el asunto: «No descartéis que mañana digan que le ofrecí el Ministerio del Interior a ERC y Defensa a Otegi». También el secretario general de Junts ha querido zanjar la polémica: «Cuando se tengan que saber más cosas, ya se sabrán».
Nuevas fuentes del partido separatista, sin embargo, han explicado que sí existieron las mencionadas conversaciones, y que el PP les llegó a transmitir «que con ellos todo sería más fácil porque controlan el Estado». Un órdago a la grande del que podrían existir vídeos o audios, y que podría desmontar todo el argumentario de los populares frente a la amnistía. Precisamente fuentes de Junts aseguran que «si se publicaran las conversaciones con el PP se liaría».
La inestabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez, que apunta a que el Ejecutivo contará pronto con nuevas mayorías incluso caras, ha causado el nuevo acercamiento de Junts hacia el PP, esta vez de forma contundente: si el PP ha querido recrudecer su oposición —con la trama rusa en el Parlamento Europeo o con su negativa a la constitucionalidad de la amnistía—, ahora Junts pretende evidenciar los vaivenes del partido de Feijoo.
