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Kast carga contra Sánchez desde Hungría: “Es victimista y pacta con terroristas, lo mejor es que dimita”

José Antonio Kast durante la CPAC

José Antonio Kast, abogado y líder del Partido Republicano de Chile, ha pronunciado un discurso en la tercera edición de la CPAC en Hungría lamentando los dos años que lleva la «izquierda woke» a los mandos de Chile: «En mi país gobierna ese progresismo que, en dos años, nos ha llevado a la pobreza, la marginalidad y la inseguridad«, ha señalado insinuando que, a lo que se dedica la izquierda, es a «destruir lo que se construyó con esfuerzo«.

«Cuando era candidato, prometía un paraíso y decía que todos los inmigrantes eran bienvenidos. Hoy, la inmigración ya ha superado el 10% convirtiendo a Chile en el país de Sudamérica con más extranjeros«, ha informado añadiendo que con el feminismo hizo lo mismo, reivindicar los derechos de la mujer para después construir un país en el que no se atreven a salir solas a la calle a partir de las 20:00.

«Como todo buen ‘woke’, su preocupación por los derechos es total, pero su ocupación por ellos es nula. Predica, pero no práctica. Y esa es una de las características de estos líderes”, asevera incidiendo en que sólo se ha preocupado de aumentar la burocracia, enchufar a sus amigos, impulsar más regulaciones y hacer que crezca la inflación y la inseguridad convirtiendo su nación en una «pesadilla comunista«: «Así logró que pasásemos de ser un país modelo a ser un país al nivel de Haití”.

Eso sí, la victoria de Javier Milei en Argentina, sumada a la cada vez más potente unión de partidos conservadores a nivel mundial, se ha convertido en un aliento de esperanza para el chileno: «El modelo de nuestro vecino nos señala el camino. Su líder tiene coraje y decisión y si a ellos les va bien, a nosotros nos irá bien», ha destacado acordándose también de que Bukele es un modelo, ya que ha convertido a un país que sólo era conocido por su inseguridad en uno de los lugares más pacíficos del mundo.

Más duro ha sido con Pedro Sánchez, a quien, en rueda de prensa, ha calificado como un manipulador: «Sé con quién trabajó, con Podemos. Todo lo relacionado con utilizar fondos públicos para invertirlos en sus fundaciones se ha empezado a hacer porque lo aprendieron de los líderes comunistas españoles», ha recordado.

«Pactó con comunistas y con terroristas, y eso es inadmisible. Si uno lo hace, se convierte en un terrorista. Además, ante las adversidades, siempre se victimiza. Su señora parece ser que era parte de un entramado corrupto y, en vez de enfrentarse a la Justicia, lanza una cortina de humo y se intenta convertir en víctima», ha zanjado instando al presidente a dimitir porque «será lo mejor para el pueblo español».

Durante la jornada, también intervino el vencedor de las últimas elecciones en Países Bajos, Geert Wilders, quien confía en formar Gobierno pese al cordón sanitario al que tantos soberanistas se están enfrentando: «En los periódicos de mi país, dicen que estoy matando las opciones de pactar una coalición por venir a la CPAC. Pero quiero dejar claro que mi país es mi prioridad y mi victoria implica mucha responsabilidad».

Como otros muchos líderes mundiales, no se ha olvidado de agradecer a Viktor Orbán la invitación y, ya de paso, ha elogiado sus políticas: «Orbán es un líder valiente que representa los valores judeocristianos frente a la inmigración ilegal. Ojalá más sigan esta línea porque la amenaza a la que nos enfrentamos es el ‘wokismo’ o relativismo cultural, que quiere acabar con las verdades objetivas y que dejen de existir instituciones como la familia o la nación. Estos son los valores de la nueva izquierda».

«Han corrompido la educación de los niños y han abierto las puertas de nuestras fronteras a inmigrantes con una cultura radicalmente diferente. La población africana va a aumentar hasta los 5 millones y un tercio quiere venir a Europa. Tenemos un problema», ha enumerado ejemplificando con el hecho de que cada vez más capitales europeas celebran los ataques de Irán o Hamás a Israel.

Por último, ha recordado que hace 20 años un grupo de islamistas radicales le incluyeron en sus «listas negras» y le obligaron a mudarse con su mujer: «Viví dos décadas con seguridad policial porque me atreví a criticar el islam. Pero nunca nos sometimos a estas amenazas, nuestra libertad de expresión es sagrada y no cederemos nunca si se trata de la verdad«, ha concluido animando a los miles de asistentes a decir «¡basta!» a las culturas incompatibles con Occidente.

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