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Ocurrió el 30 de julio en 2022

La Audiencia Provincial de Cantabria juzga a cuatro inmigrantes por una violación grupal a una joven de 22 años

Juicio a los cuatro inmigrantes. Europa Press

La Audiencia Provincial juzga a cuatro inmigrantes procesados por la violación grupal a una joven de 22 años hace dos veranos en Santander y en la que participó un quinto varón no identificado, para los que la Fiscalía solicita una pena conjunta de más de cien años de cárcel.

En concreto, pide 30 años de prisión a cada uno de los tres acusados por un delito de agresión sexual con penetración y actuación conjunta de varias personas —doce por violación y 18 como cooperadores necesarios de lo anterior, a razón de seis años por cada uno de los tres ilícitos—. Además, reclama quince años y medio de encarcelamiento a un cuarto procesado, como cooperador necesario de las agresiones sexuales y por intentarlo él también.

La acusación particular, por su parte, eleva la petición de prisión para cada uno de los tres primeros a 50 años de prisión, y para el cuarto acusado, a 48 años y seis meses de cárcel. En concepto de responsabilidad civil, tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitan que los cuatro acusados indemnicen de manera conjunta y solidaria a la joven en 100.000 euros por el daño moral sufrido.

De acuerdo con el informe de la Fiscalía, todo sucedió el 30 de julio de 2022 por la mañana. A primera hora, la chica estaba de fiesta en un ‘after’ de la ciudad, después de haber consumido «grandes» cantidades de alcohol, además de cocaína y cannabis.

Allí se encontró con los acusados. Tras el cierre del local, en torno a las doce y media del mediodía, y estando ella en un «considerable estado de intoxicación» por el consumo de dichas sustancias, fue convencida por uno de ellos para que le acompañara al domicilio donde residían otros dos, hasta donde fueron andando.

Una vez en la vivienda, y después de beber más alcohol, la joven se introdujo voluntariamente en un dormitorio junto al chico que la había convencido para ir a esa casa, con la intención de entablar una relación con él. Sin embargo, mientras se besaba con él entraron en la habitación de forma «inesperada» dos chicos que hicieron un gesto con la mano para pedir silencio. Y «sin más contemplaciones» y con ánimo libidinoso —prosigue el escrito del fiscal—, empezaron a tocar a la chica, a la que dejaron semidesnuda al levantarle el vestido y enrollárselo en la cintura.

Ante esto, la víctima, que «en ningún caso» quería mantener relaciones sexuales con esas personas, se quedó «paralizada» y «en estado de shock». Los dos últimos en entrar en el cuarto la tumbaron sobre la cama boca arriba, penetrándola vaginalmente uno de ellos mientras el otro le indicaba que lo hiciese.

En ese momento accedió al dormitorio otro chico que con idéntico ánimo lúbrico se sumó al acto sexual pese a la «voluntad contraria» de la víctima, y todo ello ante la presencia «intimidatoria» del que la había pedido que le acompañara al domicilio, que permanecía junto a ellos en «actitud de enfado».

Así, la penetraron de forma simultánea, anal y vaginalmente y sin protección, llegando a entrar al dormitorio un quinto varón no identificado que la introdujo el pene en la boca obligándola a realizarle una felación, como había hecho otro en un momento dado.

La víctima fue atendida en el Hospital Valdecilla y presentaba diversas lesiones (erosiones y hematomas) en diferentes partes del cuerpo, como extremidades o genitales. También dio positivo en cannabis, cocaína y otras sustancias, y arrojó una tasa de alcohol en sangre de 1,22 gramos por litro. A raíz de estos hechos, ha sufrido una grave afectación en su estado anímico, con lloros, insomnio y pérdida de apetito, y le ha quedado como secuela un trastorno de estrés postraumático grave, una lesión psíquica por la que continúa en tratamiento.

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