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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La campaña del 21D: un ‘test de estrés’ en la Cataluña del 155

La secretaria general de ERC y número dos de la lista por Barcelona, Marta Rovira, con cara de tristeza y el lazo amarillo en defensa de los consejeros presos | EFE

El experto en demoscopia y presidente de Gad3 Narciso Michavila ha definido la cita del 21D como un test de estrés social en una Cataluña que «nunca ha estado tan motivada». ¡Comienza la campaña!

Estamos en campaña. Apenas 15 días hasta la celebración de unas elecciones autonómicas inéditas -las primeras que se celebran bajo la aplicación del 155 de la Constitución- con más de un candidato entre rejas o pendiente de importantes decisiones judiciales. Así está la Cataluña ‘postgolpe’.

Los sondeos

La lista de Junts per Catalunya (JxCat), que lidera Carles Puigdemont, y ERC partían como principales aspirantes al triunfo -y rivales para la captación del voto separatista- hasta que la encuesta del CIS, publicada este lunes por la mañana, colocaba a Ciudadanos, con Inés Arrimadas a la cabeza, en lo alto del podio.
Si en las elecciones de hace dos años Junts pel Sí -coalición que aunó a la antigua CDC y ERC- y la CUP sumaron el 48,7% de los votos y 72 escaños, los últimos sondeos vaticinan que las fuerzas independentistas -esta vez concurren por separado con tres listas- podrían perder la mayoría absoluta de 68 diputados, lo que abriría la puerta a sumas alternativas, para las que ya se postulan Ciudadanos, el PSC, el PPC y los comunes, cada uno con su acento.
Pero los expertos en demoscopia advierten de que estos comicios, en los que la participación podría superar el 80%, son de difícil pronóstico, ya que el número de indecisos que decidirá su voto durante la campaña es especialmente elevado.

La campaña

Será la campaña más atípica y excepcional: unas elecciones convocadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en aplicación, por primera vez en la Historia, del artículo 155 de la Constitución después de que el Parlament declarara la independencia, con medio Govern cesado en Bruselas, algunos candidatos encarcelados y un Carles Puigdemont que sigue considerándose el president «legítimo» de Cataluña y que está dispuesto a hacer campaña desde la distancia para poder ser investido de nuevo como presidente de la Generalitat.
En holograma o por vídeoconferencia, el fugado está decidido a hacerse presente en la batalla electoral, a pesar de su incierto futuro legal.
Fracasada la reedición de la coalición separatista, Puigdemont lidera la candidatura de Junts per Catalunya y confía en su directora de campaña, Elsa Artadi (cargo de confianza de Puigdemont en el Govern y ahora número 10 de la candidatura), como posible candidata ‘tapada’ si el president cesado acaba renunciando a una hipotética investidura (al estilo de Mas-Puigdemont en 2015).

ERC

Artadi ha diseñado una campaña en la que la figura de Puigdemont es su máximo argumento -el lema es «Puigdemont, nuestro president»- y cuya estrategia será hacer constantes llamamientos a concentrar el voto soberanista para arropar al que consideran el «presidente legítimo» de la Generalitat, lo que augura una batalla soterrada con ERC, que parte como favorita en las encuestas pero que va a la baja.
Si hace unas semanas ERC sobresalía en los sondeos -que le auguraban más de 40 escaños-, la irrupción de Junts per Catalunya ha recortado súbitamente las expectativas de los republicanos, con el hándicap de tener a su presidente, Oriol Junqueras, en prisión.
Para frenar la fuga de votos hacia Junts per Catalunya y la CUP, los republicanos deberán confiar en su secretaria general y número dos de la lista, Marta Rovira, a quien Junqueras ya ha señalado como la candidata real a presidir la Generalitat la próxima legislatura.

Ciudadanos

La formación mejor posicionada para disputar los primeros puestos a las candidaturas independentistas es Ciudadanos, cuya cabeza de lista, Inés Arrimadas, aspira a mejorar los 25 escaños obtenidos en 2015, que la convirtieron en jefa de la oposición en Cataluña.
«Ahora sí votaremos» es el eslogan de Arrimadas, que espera que la aritmética del 21D abra la puerta a un gobierno constitucionalista presidido por ella, con el apoyo de PSC y PPC y la complicidad de los comunes.
Un escenario complicado por cuanto supone confiar en el voto ‘constitucionalista’ del PSC, que bien puede preferir -si los números lo permiten- un nuevo tripartido con ERC y los comunes.

El PSC

Los socialistas, mientras, no renuncian a que sea Miquel Iceta quien presida un gobierno alternativo salido de unas elecciones en las que los socialistas, tras haberse posicionado sin matices a favor de la aplicación del artículo 155, quieren cosechar apoyos en el caladero del catalanismo moderado, con el lema «Soluciones. ¡Ahora, Iceta!».
Para ello, y con la idea de romper el esquema de rígidos bloques políticos en Cataluña, Iceta ha situado en el número tres de su candidatura al ex secretario general de Unió y exconseller del Govern Ramon Espadaler, que consiguió más de 100.000 votos en 2015.
En común-Podemos
Pese a contar con Xavier Domènech -ganador de las dos últimas elecciones generales en Cataluña- como candidato y perfilarse como bisagra clave para futuras mayorías, será una campaña incómoda para los comunes, a quienes las encuestas auguran un pinchazo electoral, al no conseguir encajar la agenda social, su eje prioritario, en un debate político monopolizado por el proceso soberanista.

El PP de Albiol

En la lista del PPC repite como número uno Xavier García Albiol, con la difícil papeleta de contradecir las encuestas que pronostican un retroceso de los populares. Con el lema «España es la solución», García Albiol intentará frenar la pérdida de votos hacia Ciudadanos de electores contrarios a la independencia que pueden ver en Arrimadas el voto útil para lograr un gobierno alternativo.

Las CUP

Por su parte, las CUP, con Carles Riera como número uno y que mantiene la vía unilateral como hoja de ruta hacia la independencia, aspiran a recoger los votos de soberanistas descontentos con los mensajes autocríticos desde ERC y Junts per Catalunya. El CIS, sin embargo, sitúa a las candidaturas populares en última posición, con siete escaños.

¿Y la política?

Bajo la capa del 155 y con la estela de la declaración unilateral de independencia todavía en la retina de los ciudadanos, la campaña electoral del 21D se resume casi en un único punto: relación de Cataluña con el resto de España.
No se ha oído en la precampaña -y no es probable que se escuche ahora- hablar a los candidatos de educación, de empleo o de seguridad. La escasa comunicación -o debate- entre partidos se limita a la pregunta del millón: “¿Respetará el Gobierno [de Mariano Rajoy] el resultado del 21D?”. Moncloa responde que sí, y devuelve el interrogante: “¿Lo hará el separatismo?”. Eso ha sido casi todo por ahora… y eso será, nos tenemos, todo lo que dé de sí la campaña electoral.
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