A escasas dos horas de que expirara el plazo ofrecido por Moncloa el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha enviado una carta a Rajoy. ¿El contenido? Una colección de ambigüedades y más de un insulto a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
En una carta de cuatro páginas, el líder catalán, todavía sin inhabilitar, ha pedido a Mariano Rajoy que acabe la «represión contra el pueblo catalán». Además, ha ofrecido al presidente del Gobierno un margen de «dos meses» para dialogar y negociar una salida política a la situación de Cataluña, a la que ha calificado de conflicto, y le ha propuesto concretar «lo antes posible» una reunión para «explorar los primeros acuerdos».
A las 10.00 horas de este lunes expiraba el plazo marcado por el Gobierno para que Puigdemont respondiera a su requerimiento sobre si el pasado 10 de octubre declaró la independencia de Cataluña en su comparecencia en el Parlament.
Las claves de la carta de Puigdemont
Los detalles del lenguaje: el presidente catalán se dirige a Mariano Rajoy como «apreciado presidente» y se despide con la cortés fórmula de «cordialmente». Buenas palabras a principio y fin que no minimizan, sin embargo, el alto voltaje político de la misiva.
Insultos a Policía y Guardia Civil: El presidente catalán, protagonista de un golpe de Estado y responsable de ignorar la ley y la justicia españolas, carga gravemente en su carta contra la Guardia Civil y la Policía Nacional. Así, no duda en referirse a la actuación policial del 1 de octubre como violenta. Además, habla de «represión contra el pueblo de Cataluña» y se refiere a los Mossos, que abandonaron a su suerte a Policía y Guardia Civil, como «uno de los cuadros policiales con más prestigio de la policía europea y que cumple su labor de forma rigurosa y garantista». Además, el presidente catalán se instala en el victimismo y acusa al Gobierno de España de haber vulnerado los derechos fundamentales del pueblo catalán: «intervención y congelación de cuentas bancarias que impiden que atendamos nuestras obligaciones con las personas más necesitadas; la censura de internet y los medios de comunicación; la violación del secreto postal; las detenciones de servidores públicos; y la brutal violencia policial ejercida contra la población civil pacífica el día 1 de octubre».
Lo más parecido a un reconocimiento de independencia: En el sexto párrafo de su carta, el presidente de la Generalitat afirma que «la suspensión del mandato político surgido de las urnas el 1 de octubre demuestra la firme voluntad de encontrar la solución y no el enfrentamiento». Esta afirmación es lo más parecido -aunque no explícito- a un reconocimiento de que, efectivamente y cómo concluyeron de forma unánime las asociaciones de fiscales, sí hubo una declaración de independencia.
Las exigencias de Puigdemont: Si el Gobierno exigía una «respuesta binaria» -un sí o un no- a si hubo declaración de independencia el pasado 1 de octubre, Puigdemont contesta con una voluntaria ambigüedad y con dos peticiones concretas: «revertir la represión contra el pueblo de Cataluña» y «concretar una reunión que le permita explorar los primeros acuerdos». «No dejemos que se deteriore más la situación. Con buena voluntad, reconociendo el problema y mirándolo de cara, estoy seguro que podremos encontrar el camino de la solución», termina Puigdemont.
Lea aquí la carta íntegra de Puigdemont a Rajoy.
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