El barómetro del CIS conocido este lunes augura un Parlament bloqueado y sin posibilidad de mayorías -conocidas las posturas de todos los partidos-.
El Parlament de Cataluña quedaría bloqueado dada la complejidad para lograr mayorías -a la vista de las intenciones mostradas por todos los partidos en la precampaña- de cumplirse en las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre el barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dado a conocer este lunes.
Según esta estimación, se produciría un empate técnico entre ERC -32 escaños- y Ciudadanos -31 y 32-, siendo la formación naranja la ganadora de los comicios con el 22,5% de los votos.
A ambas formaciones les seguiría la lista de Junts per Catalunya -encabezada por el expresidente fugado Carles Puigdemont- con entre 25 y 26 diputados-, el PSC con 21, que tras su pacto con los herederos de Unió tendría un notable ascenso respecto a los comicios de 2015, los comunes -Podemos- y la CUP con 9 diputados cada uno, y el PP, liderado por Xavier García Albiol, con 7 de 135 y un paupérrimo 5,8% de los sufragios.
Una de las claves de esta cita será, siempre según este barómetro, la participación que puede batir récords y superar el 77 % de 2015, ya que un 90,9 % tiene decidido acudir a votar «con toda seguridad» y otro 5 % asegura que «probablemente» lo hará, aunque un 29,1 % confiesa que aún no tiene claro qué papeleta escoger.
¿Bloqueo político?
El separatismo perdería así la mayoría absoluta -se sitúa en 68 escaños- al pasar de los 72 que tenía en la anterior legislatura Junts pel Si -62- y la CUP -10- a entre 66 y 67. No están lejos, pero de cumplirse la estimación no la lograrían.
Fuentes del secesionismo creen que la decisión del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena de mantener en la cárcel a Oriol Junqueras, Joaquim Forn y los líderes de ANC y Òmnium Cultural para evitar que vuelvan a incitar a una «explosión violenta» en el proceso separatista puede espolear a sus bases y lograr ese escaño que lo cambiaría todo. En este sentido, el expresidente de la Generalitat y número uno de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, llamó este lunes desde Bruselas en el inicio de la campaña a «votar y ganar» porque cree que esto hará «temblar» al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a sus «cómplices» del artículo 155, en alusión a Ciudadanos y a los socialistas.
El CIS descartaría además un Gobierno netamente constitucionalista. Pese a la importante subida -en septiembre de 2015 lograron 52 diputados-, CS, PSC y PP sumarían 59-60 y no les serviría ni con una remota abstención de los comunes.
Tampoco sería posible la reedición de un tripartito con ERC, el PSC y el partido de Colau, la opción favorita de Pablo Iglesias. El líder de Podemos ya abogó por un acuerdo entre los «progresistas» para defender «las políticas sociales y la soberanía» en Cataluña. «No vamos a apoyar al partido de Puigdemont ni al partido de la extrema derecha de Inés Arrimadas ni al partido de la extrema derecha del señor Albiol», recalcó. Las izquierdas, sin contar a las CUP dado que es improbable que quisiera un acuerdo con Iceta, sumarían 62. Insuficiente.
El papel de Podemos
En este juego, los comunes, cuyo candidato, Xavier Domènech, es el segundo mejor valorado con un 4,79, tendrían la llave de Gobierno y actuarían como árbitros entre los secesionistas y los constitucionalistas. Los podemitas han defendido en los últimos meses por el mal llamado «derecho a decidir» de los catalanes al mismo tiempo que no han apostado por la idea de «una Cataluña independiente» de forma unilateral ni lo la aplicación de la ley al que la vulnera sistemáticamente. Esa situación «equidistante» -decían ni Declaración Unilateral ni 155- se ha roto con el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la aplicación del 155 en Cataluña porque, a su juicio, el Ejecutivo se «ha extralimitado en sus funciones». Son los mismos que no recurrieron la llamada Ley de Transitoriedad que buscaba la «desconexión» con España y tampoco la propia Declaración Unilateral de Independencia (DUI).
Un apoyo a Oriol Junqueras les podría desangrar en el resto de España, aunque tampoco parecerían «coherentes» apoyando un Gobierno con Miquel Iceta (PSC) al frente -dado que le asocian al «bloque del 78» y al 155-. Una nueva convocatoria de elecciones -y la polarización del voto- les podría perjudicar más, según los analistas. Cabe destacar que de cumplirse el CIS perderían dos escaños respecto a 2015 el próximo 21-D -lograron 11-.
Los votantes de los comunes en los comicios anteriores no tienen claro a quién quieren de presidente. Según el CIS, el 19,4% desea un presidente secesionista, el 33,5% que sea constitucionalista y el 36,1% prefiere que el que ocupe el Palau de la Generalitat sea el propio Domènech.
El voto útil contra el ‘procés’ es CS
Ciudadanos lograría un gran resultado al ser percibido como el «voto útil» contra el secesionismo en unos comicios en los que, defienden, está en juego «la recuperación de la libertad frente a la imposición» y la «defensa sin complejos» de la condición de catalanes y de españoles. Lograrían entre seis y siete escaños más que hace dos años. Destacar que un 47,6% -casi la mitad- de los que eligieron la papeleta del PP en 2015 confiesa ahora que votará a Arrimadas. Además, un 54,4% de los votantes populares prefiere que la jerezana sea la presidenta y un 26% se decanta por el exalcalde de Badalona, su candidato.
Por ello, desde las filas populares están criticando las «ocurrencias» que, a su juicio, tienen de los líderes de la formación naranja. El candidato del PPC a las elecciones del 21D, Xavier García Albiol, ha declarado que le «preocupa escuchar» al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y le ha afeado que afirmara que Podemos es «un partido que respeta las reglas del juego». «En septiembre, decía que el artículo 155 no se tenía que aplicar. Decían que era matar moscas a cañonazos. No se puede cambiar de opinión cada 5 días. Es poco fiable», ha añadido.
Menos de la mitad está a favor del ‘derecho a decidir’
Por otra parte, sólo el 44% de los ciudadanos son partidarios de un Estado en el que se reconozca a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados
independientes. Más de cuatro de cada cinco secesionistas, el 26,7 de los electores de Podemos y el 11,3% de los votantes socialistas elijen esta opción entre los cinco modelos de Estado que se presentan.
Esto contrasta con lo mantenido por los separatistas -y Podemos- en los últimos meses. Aseguraron que el 80% de los catalanes quieren «soluciones democráticas» y «un referéndum acordado con el Estado» que acabaría en la práctica con la soberanía nacional.
‘Español y catalán’
La mayoría -el 43,8% de los encuestados- asegura que se siente tan español como catalán. El porcentaje crece al 79,1% en los votantes de CS y al 65,9% en los votantes del PP. Además, un 3,8% se siente más español que catalán y un 3,1% solo español. Menos de uno de cada cuatro catalanes -el 22,7%- se siente únicamente catalán.
Como dato curioso, cabe reseñar que el 11,7 de los votantes de Junts pel Si -ERC y PdeCat- y el 11,1% de los votantes de la CUP se sienten tan españoles como catalanes.
Asimismo, llama la atención que más de la mitad -el 52,2%- dice que su lengua materna es el español -el 37,2 señala que es el catalán-, un hecho que agrava las consecuencias de la persecución que sufre la lengua de Cervantes en Cataluña.
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