Las sospechas sobre el «operativo fallido» de los Mossos d’Esquadra para la detención de Carles Puigdemont apuntan hacia el propio centro de mando de la policía autonómica. Fuentes dentro del cuerpo sugieren que es muy probable que Puigdemont contara con un informante dentro de las estructuras organizativas de los Mossos, particularmente en el equipo responsable de planificar y ejecutar el control para capturarlo durante su estancia en Barcelona el jueves pasado.
Según estas fuentes, asegura este miércoles El Mundo, el expresidente de la Generalidad había anunciado públicamente sus intenciones de asistir a la jornada de investidura de Salvador Illa. Antes de esto, y con el acuerdo entre PSC y ERC casi cerrado, el Gobierno de Pedro Sánchez había intentado persuadirlo para que no regresara a España, durante uno de sus encuentros en Suiza.
Se sospecha que Puigdemont y su círculo cercano obtuvieron información directa sobre los planes operativos de los Mossos para la investidura del nuevo presidente. Al parecer, alguien involucrado en la planificación proporcionó datos al prófugo o a su entorno, lo que permitió diseñar una estrategia de escape. No se trata de los agentes identificados y detenidos por ayudar en su huida, sino de figuras de alto nivel que conocían los detalles de los dispositivos preparados para la aparición del prófugo en la Ciudad Condal.
El líder de Junts habría sabido que la seguridad se centraba en su posible acceso al Parlamento catalán, no en la zona a la que se dirigió y desde donde huyó. Sólo había siete agentes de paisano en ese lugar, y uno de ellos accedió a la parte trasera del escenario. Basándose en esto, la opción más segura para escapar era hacerlo justo después de su discurso, lo que efectivamente llevó a cabo.
El comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, reconoció que algunos mossos colaboraron con el prófugo, sin precisar el nivel jerárquico. «Es más que probable» que la infiltración haya llegado hasta la cúpula, certifican.