El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó detallar en las cuentas oficiales del PSOE las donaciones que recibió durante las primarias internas de 2017, aquellas en las que recuperó el control del partido tras su defenestración. En aquella campaña contra Susana Díaz y Patxi López, Sánchez recaudó 100.000 euros mediante un sistema de crowdfunding con donaciones anónimas a través de la asociación sin ánimo de lucro Bancal de rosas. Sin embargo, estos ingresos no aparecieron reflejados en los informes oficiales remitidos al Tribunal de Cuentas, tal como ahora revelan fuentes conocedoras del proceso.
Sánchez, tras ser apartado de la secretaría general, impulsó la convocatoria de nuevas primarias bajo el control de la gestora presidida por Javier Fernández. Durante la precampaña, solicitó a sus simpatizantes donaciones anónimas, siguiendo un modelo de mecenazgo parecido al empleado por Podemos. Para canalizar los fondos, recurrió a Bancal de rosas, presidida por el actual delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín.
Al conocer este mecanismo, la gestora socialista consultó al Tribunal de Cuentas cómo debía actuar. El organismo fiscalizador, entonces presidido por Ramón Álvarez de Miranda, fue tajante: toda recaudación, incluso la destinada a primarias, debía incorporarse a la contabilidad del partido. Así se lo trasladó al PSOE en una carta fechada el 28 de marzo de 2017. Según advirtió el Tribunal, permitir una financiación opaca «siempre resultaría cuestionable la influencia que en una determinada decisión política hubiesen podido ejercer las aportaciones procedentes de una determinada fuente de financiación».
Pese a las advertencias, Sánchez ya había logrado reunir más de 100.000 euros en apenas tres semanas, con más de 1.200 donaciones, en su mayoría de pequeñas cuantías: el 57,5% de las aportaciones fueron de entre 10 y 20 euros; el 27,5%, de 21 a 50 euros; y el resto, cantidades superiores.
El propio Sánchez reconoce en su libro Manual de resistencia que el Tribunal de Cuentas le ordenó suspender el crowdfunding «sin reunirse el tribunal, ni respetar las competencias». A pesar de sus quejas, la recaudación quedó interrumpida el 31 de marzo de 2017.
Sin embargo, según publica The Objective, las fuentes consultadas sostienen que la cifra real podría haber alcanzado los 280.000 euros, aunque nunca se ha podido verificar. El compromiso del PSOE era remitir al Tribunal de Cuentas los datos completos de las donaciones, incluyendo la identidad de los donantes. Finalmente, en la memoria enviada ese año, el partido omitió por completo cualquier referencia a Bancal de rosas y a la financiación de la campaña de Sánchez, limitándose a detallar las donaciones ordinarias recogidas por el partido.
Con la llegada de Sánchez al poder en 2018, la composición del Tribunal de Cuentas cambió. Ramón Álvarez de Miranda fue sustituido por Enriqueta Chicano, elegida tras un acuerdo entre el propio Sánchez y el entonces líder del PP, Pablo Casado. Desde entonces, el asunto de las donaciones en las primarias socialistas nunca fue fiscalizado.
Ahora, este episodio adquiere una nueva dimensión. Tres miembros del núcleo duro de Sánchez durante aquellas primarias están siendo investigados por presunta corrupción: José Luis Ábalos, que fue secretario de Organización tras la victoria interna; Santos Cerdán, su sucesor recientemente dimitido; y otros miembros de su equipo. Según la UCO de la Guardia Civil, la trama investigada implica adjudicaciones millonarias, mordidas, y conexiones con el petróleo venezolano.
El pasado viernes, la Guardia Civil irrumpió en la sede socialista de Ferraz y en el ministerio de Transportes, dentro de la investigación. Mientras crece el temor a que la presunta trama de corrupción derive en un nuevo escándalo de financiación irregular, Sánchez niega conocer las actuaciones de sus colaboradores y rechaza dimitir o convocar elecciones.