La Fundación Disenso ha publicado este jueves el informe Marroquíes en España: radiografía de una comunidad numerosa y potencialmente influyente, en el que analiza la presencia de esta comunidad en España, su creciente implantación política y religiosa, o las políticas de influencia de Marruecos en España, entre otros asuntos.
En primer lugar, el informe analiza la creciente evolución de las cifras de marroquíes empadronados en España, que ha pasado de los 370.000 en 2003 a los 872.759 en 2023, de los que casi la mitad están empadronados en Cataluña y Andalucía.
Ante estos datos, el informe «responde a la imperiosa necesidad de conocer con la mayor profundidad posible cómo las autoridades políticas marroquíes están tratando de utilizar a sus abundantes residentes en nuestro suelo y cómo intentan que los españoles de origen marroquí sientan que su lealtad debe decantarse por La Madre Patria», una estrategia desarrollada a través de diferentes órganos de carácter asociativo organizados desde los Consulados del Reino, como la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI).
En este sentido, la publicación hace un repaso de la influencia marroquí tanto en la esfera religiosa —a través de la mencionada FEERI—, como en el ámbito laboral —a través de la Asociación de Trabajadores Marroquíes en España, ATIME, que ha llegado a recibir subvenciones de hasta 620.000— o político —a través de formaciones como el Partido Andalusí, apadrinado por un nieto de Blas Infante, o de activistas marroquíes vinculados a grupos separatistas vascos y catalanes.
Una influencia que debe recordarnos «la necesidad de ser vigilantes frente a la diseminación de las ideas y de las políticas de influencia por parte de los actores islamistas marroquíes».
A este riesgo interno se suman además dos dimensiones. Por un lado, las concesiones de medios de comunicación españoles a firmas y actores abiertamente promarroquíes, y por otro, el creciente posicionamiento de sectores del mundo empresarial nacional, que buscan «ablandar» la situación con Marruecos para que sus intereses particulares puedan verse favorecidos.
Por último, el informe hace un repaso a las crecientes cifras de yihadistas marroquíes o de origen marroquí en suelo español. Solo en 2022 se produjeron en España 46 detenciones de yihadistas, todas ellas en Cataluña, Ceuta y Melilla, siendo la mayoría de los detenidos marroquíes o de origen marroquí.
Como conclusión, el documento apunta que «el conocimiento profundo que a España le da la experiencia acumulada de su vecindad doble, con Marruecos y con Argelia, nos debería permitir ser capaces de transmitir con claridad los riesgos y las amenazas a las que Europa se enfrenta hoy y se enfrentará en el futuro en esta vecindad meridional, evitando con ello caer en manipulaciones y tergiversaciones como las que Marruecos viene siendo capaz de transmitir, con éxito, desde hace décadas».