La Moncloa ni se ha esforzado en las últimas horas por intentar mostrar preocupación o nerviosismo tras la segunda fuga de Carles Puigdemont de España. El expresidente catalán, que dio un mitin en Barcelona desde un escenario antes más de 3.000 personas antes de «desaparecer», parece estar ya fuera del país tras una escenificada Operación Jaula de los Mossos que sólo contribuyó a la creación de retenciones en varias carreteas.
Fuentes gubernamentales, presentes en el Consejo de Ministros, aseguran que no hay preocupación por la acción de Puigdemont y su desafío a las fuerzas de seguridad. Ningún miembro del Ejecutivo mencionó si quiera el asunto, asegura Vozpópuli.
A estas horas, cuando todo apunta a que Puigdemont está fuera de España y después de que su abogado, Gonzalo Boye, haya asegura que «se ha ido a su casa» y que «nunca se entregará», el presidente Pedro Sánchez ni sus ministros han hecho ninguna declaración al respecto. Por su parte, el único ministro que tenía agenda pública el jueves, Félix Bolaños, estaba en París apoyando a los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos.
El cuerpo policial autonómico, los Mossos d’Esquadra, era el encargado de detener a Puigdemont. Según fuentes del Gobierno, el Ministerio del Interior, bajo la dirección de Fernando Grande-Marlaska, había delegado esta responsabilidad, impidiendo así una actuación de la Policía Nacional. Dos mossos han sido detenidos por ayudar a huir al expresidente.
Desde el primer momento en que Puigdemont anunció en redes sociales su retorno a España, el silencio se impuso en Moncloa. Ni una palabra desde el Gobierno o el Partido Socialista. A pesar de que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, y la ministra Elma Saiz tuvieron actos de agenda esta semana, ninguna se refirió al tema.