Baleares enfrenta una crisis sin precedentes. La inmigración ilegal se dispara, desbordando al archipiélago. En los últimos cinco años, las cifras revelan un aumento alarmante que pone en jaque la seguridad y los recursos de las islas.
Según datos exclusivos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, obtenidos por LA GACETA, en los primeros seis meses de 2025 han llegado 2.840 inmigrantes ilegales a Baleares.
Lo que supone un incremento de más del 200% respecto a los 930 registrados en el mismo periodo de 2024. Pero la evolución es aún más preocupante: en 2023 fueron 435; en 2022, 482; en 2021, 261; y en 2020, apenas 115. En cinco años, la inmigración ilegal ha crecido más de un 2.300%, con un total acumulado de casi 6.000 inmigrantes ilegales sólo en 2024.
¿Por qué este aumento? La respuesta está en el Mediterráneo Central. Las políticas de control de Giorgia Meloni en Italia han desviado parte de los flujos migratorios hacia España, donde la inacción del Gobierno deja a Baleares indefensa. La falta de políticas de contención ha convertido al archipiélago en un nuevo epicentro de la inmigración ilegal en Europa.
Antes, la mayoría eran argelinos. Hoy, Baleares recibe a subsaharianos, somalíes, sirios y hasta bangladesíes, nacionalidades que solían llegar a Italia. Este cambio de rutas evidencia una presión migratoria sin control, con casi 350 pateras sólo en 2024, según la Policía Nacional. Baleares no puede soportar más. La inmigración ilegal crece sin freno, y la ausencia de medidas efectivas agrava la crisis en el archipiélago. Los datos no mienten: Baleares está en el límite.