La esposa del expresidente de la Generalidad, Marcela Topor, ha lanzado un vídeo promocional para la cuarta temporada de The Weekly Mag, un programa de televisión que presenta desde 2018 y que se emite en la Xarxa Audiovisual Local (XAL), una plataforma dependiente de la Diputación de Barcelona. El programa, que busca fomentar el aprendizaje del inglés a través de entrevistas, sketches y conversaciones, tiene una duración aproximada de hora y media y se emite semanalmente.
A pesar de que la audiencia del programa apenas supera los 12.000 espectadores, la Diputación de Barcelona destinó 260.000 euros a su producción para la temporada 2021-22, según datos de Crónica Global. Desde 2018, Marcela Topor ha percibido cerca de 400.000 euros por su trabajo en The Weekly Mag, aunque desde 2020 dejó de recibir el salario correspondiente a los meses de verano en los que no se emite el programa.
La contratación de Topor para dirigir y presentar el programa se produjo cuando Convergència i Unió (CiU) tenía el control de la Diputación de Barcelona, y Francesc Pena fue nombrado consejero delegado de la XAL. Sin embargo, el programa ha continuado en emisión incluso después de que los socialistas recuperaran la presidencia de la Diputación en 2019, gracias a un acuerdo entre el PSC y Junts per Catalunya (JxCat). Este pacto permitió la renovación de The Weekly Mag en la parrilla de la XAL.
La XAL, según recoge su memoria, es una sociedad mercantil de capital público creada en 2004 por la Diputación de Barcelona. Sus orígenes se remontan a 1999, cuando surgió como Circuito de Televisiones Locales, y posteriormente se transformó en la Red de Televisiones Locales (XTVL). Desde entonces, ha funcionado como una estructura de apoyo para las televisiones locales, con el objetivo de consolidar y viabilizar este sector audiovisual en Cataluña.
Marcela Topor, además de su trabajo en The Weekly Mag, es editora de la web nacionalista Catalonia Today y colabora con El Punt Avui y LaRepública.cat. A lo largo de los últimos años, ella y sus hijas Magali y María intentaron establecerse en Waterloo, Bélgica, junto a Puigdemont, pero finalmente regresaron a su residencia en Gerona tras dificultades de adaptación.
