La población nacida en el extranjero alcanza un máximo histórico en el País Vasco, donde ya representa el 13,5% del total a fecha de 1 de enero de 2024. Según datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), esto equivale a casi 300.000 residentes con origen inmigrante, un incremento significativo respecto al año anterior.
Durante 2023, la llegada de nuevos habitantes procedentes del extranjero se aceleró un 9,6%, lo que supone un aumento de 21.000 personas en apenas un año. Esta tendencia devuelve las cifras a niveles similares a los de 2019, periodo previo a la ralentización causada por la pandemia.
El informe «Estructura de Población», presentado por el Eustat, sitúa al País Vasco por debajo de la media nacional en cuanto a la proporción de población extranjera. Mientras que el conjunto de España alcanza un 18,1%, el País Vasco se encuentra entre Castilla-La Mancha (14%) y Andalucía (12%) en este indicador.
La presencia destacada de inmigrantes hispanoamericanos en el País Vasco se explica por tres factores clave. En primer lugar, existe una fuerte conexión histórica con América, donde numerosas familias vascas emigraron en el pasado, facilitando que sus descendientes puedan optar a la doble nacionalidad.
En segundo lugar, los requisitos para obtener la nacionalidad española por residencia benefician a los ciudadanos de países hispanoamericanos, ya que solo necesitan haber vivido dos años en España, frente a los diez años exigidos a inmigrantes de otras procedencias.
Por último, la población hispanoamericana es, en términos demográficos, mucho más numerosa que la de otras regiones, lo que contribuye a su notable peso en el censo migrante del País Vasco.
Con estos datos, queda claro que la población extranjera en el País Vasco no solo está en crecimiento constante, sino que también refleja dinámicas históricas, legales y culturales que impulsan este fenómeno en la región.