Un inmigrante marroquí ha sido detenido en Granada por presuntos abusos sexuales en las inmediaciones de una discoteca, donde varias mujeres denunciaron haber sido víctimas de tocamientos no consentidos. Un taxista, testigo de lo ocurrido, intervino para reducir al agresor y avisó a la Policía Nacional, evitando que continuara acosando a más jóvenes.
El suceso tuvo lugar en la madrugada del pasado viernes, en la calle Neptuno, una zona de ocio nocturno cercana al centro de la ciudad. A partir de las 6.00 horas, cuando comenzaron a cerrar las discotecas, el agresor merodeaba por la zona con una actitud sospechosa, acechando a las mujeres que salían de los locales. Fernando, un taxista, notó su comportamiento cuando dos chicas subieron a su vehículo. El hombre se acercó al taxi y comenzó a observarlas fijamente a través del cristal, lo que generó inquietud.
Después de dejar a las pasajeras en Camino Bajo de Huétor, Fernando regresó a la parada de taxis y se encontró con la misma escena: el agresor continuaba acosando a otras mujeres, acercándose a ellas de manera provocadora y realizándoles tocamientos. «Algunas lo insultaban llamándole ‘cerdo’, pero nadie hacía nada», relató el taxista al diario Ideal.
Al ver que el hombre seguía molestando a otro grupo de chicas, Fernando decidió actuar. «Salí del taxi, lo aparté y le dije que lo que estaba haciendo era inaceptable», explicó. Sin embargo, el acosador hizo caso omiso y continuó con su comportamiento. Minutos después, una nueva pasajera entró en su taxi y le informó de que acababan de tocarle el trasero. Ese fue el punto de inflexión para el conductor: salió del coche, interceptó al agresor y lo inmovilizó en el suelo, manteniéndolo retenido hasta que llegó la Policía.
Las autoridades confirmaron la detención del sospechoso, un ciudadano marroquí de 29 años, acusado de abuso sexual. Además, su acompañante, otro varón marroquí de 23 años, también fue arrestado tras intentar huir y enfrentarse a los agentes. Según las investigaciones, también habría realizado tocamientos a varias mujeres y se le imputa, además, un delito de atentado contra la autoridad.
Los hechos fueron presenciados por varios testigos, algunos de los cuales grabaron la escena, proporcionando material audiovisual que podría servir como prueba en la investigación. «No soy un héroe, pero vi la escena como si fuera mi hermana o mi hija y no podía quedarme sin hacer nada», declaró Fernando tras su intervención.