La Policía Nacional detuvo a finales de enero en Tarrasa a un marroquí que había entrado en España en patera y se encontraba escondido y en situación irregular tras huir de su país por el asesinato de su propia mujer, a la que quemó viva delante de sus dos hijos pequeños, una niña de cinco años y un niño de cuatro. Los hechos tuvieron lugar en 2017, permaneció oculto de la justicia marroquí y después escapó a nuestro país, ocultándose en Cataluña los últimos dos años.
Los gentes ejecutaron la detención de éste hombre marroquí de 49 años al que buscaban las autoridades judiciales de Marruecos desde entonces. Hace siete años, el ahora detenido mató a su mujer rociándola con disolvente, para posteriormente prenderle fuego en presencia de sus dos hijos menores. Mientras la mujer agonizaba en el suelo, el asesino se sentó a la mesa a comer tranquilamente junto a los dos pequeños, que no pudieron hacer nada para ayudar a su madre.
Fue la propia familia del acusado la que llegó al domicilio poco después con la mujer todavía viva, y solicitó al asesino que llevara a la mujer a un centro médico, donde murió horas después. Los hijos se encuentran en tratamiento psicológico desde entonces por haberse visto obligados a presenciar la cruel muerte de su madre.