«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EL EXPRESIDENTE DEL PARLAMENTO CANARIO GUSTAVO MATOS

La Policía vincula a un dirigente del PSOE, próximo al ministro Torres, con una red de narcotráfico

El ministro Ángel Víctor Torres, el ex presidente del Parlamento canario, Gustavo Matos, y el exministro José Luis Ábalos. Europa Press

Un informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional ha situado al vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos (PSOE), en el centro de una trama de narcotráfico vinculada a clubes cannábicos en el sur de Tenerife. Según la investigación, Matos habría actuado como intermediario entre los líderes de la organización y responsables políticos, con el objetivo de frenar las inspecciones policiales sobre estos locales, presuntamente usados como tapadera para el tráfico de cocaína y heroína.

El documento ha revelado cómo el dirigente socialista, ex presidente del Parlamento y miembro de la Ejecutiva del PSOE canario, ofreció su influencia política para mediar ante la Delegación del Gobierno. En un encuentro grabado por los agentes el pasado 29 de enero en una cafetería de Santa Cruz de Tenerife, Matos preguntó directamente a Mohamed Derbah, líder de la red criminal y fundador del partido Fuerza Canarias, qué necesitaba para detener la presión policial: «Dame un par de días», le prometió.

Derbah, en prisión desde el 1 de mayo, habría expuesto sin tapujos su papel como responsable del tráfico de estupefacientes en la isla, detallando el control que ejercía sobre varios clubes y su entorno mafioso. Matos no sólo no se mostró sorprendido, sino que aseguró que hablaría con el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, y con el subdelegado, Jesús Javier Plata Vera, para buscar una solución.

En la reunión también participaron Francisco Moar, exjefe del caso Mediador e investigado por encubrimiento, y Jacob Vega, presidente de Jóvenes Abogados de Tenerife, también imputado. En este contexto, los informes de Asuntos Internos subrayan la «naturalidad» con la que Matos asume el rol de mediador, pese a las confesiones explícitas delictivas de Derbah.

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