«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Y LLAMA «SUICIDIO AMPLIADO» A LA MUERTE DE UNA NIÑA A MANOS DE SU MADRE

Los medios culpan a Halloween del auge de la violencia multicultural en España

Agente de la Policía Nacional. Europa Press

Mientras desentierran a muertos que ya fusilaron y la Conferencia Episcopal calcula que el colaboracionismo es más rentable que la verdad, la España que heredamos es una macrofiesta de Halloween con navajazos multiculturales a la salida de la discoteca.

Desde luego, la colonización anglosajona y el multiculturalismo han hecho bien su trabajo. En los últimos días contemplamos, como si viviéramos en Pensilvania, centros comerciales y casas decoradas con calabazas y ataúdes, niños disfrazados de esqueletos y brujas o abuelos repartiendo caramelos no saben muy bien por qué. Es un paisaje que ha venido para quedarse, casi como esas manadas extranjeras para quienes el terror no es ficción. 

Halloween, sin embargo, no tiene nada que ver con la oleada de violencia que padece España, pero es un caramelo demasiado goloso para que los medios lo desaprovechen. Así, han explicado los machetazos y asesinatos de los últimos días -obviando el fondo de la cuestión- como si un trastornado vestido de Frankenstein apuñalara al primero que se le cruza por la calle. 

El País: “La noche de Halloween ha dejado tres muertes violentas en distintos puntos de España”.

Por si hubiera dudas de la intencionalidad del titular, la primera frase del cuerpo de la noticia es esclarecedora: “La noche de Halloween ha dejado tres muertes violentas en distintos puntos de España”.

En los últimos días, se han producido los siguientes hechos protagonizados por inmigrantes:

-Novelda (Alicante). 31 de octubre. La Guardia Civil reduce a dos atracadores de origen árabe tras secuestrar a la empleada de una joyería.

-Valencia. 30 de octubre. Intento de homicidio: un colombiano apuñala a un joven en una discoteca.

-Manacor (Mallorca). 30 de octubre. Detienen a un marroquí con antecedentes por violar a una turista.

-Barcelona. 30 de octubre. Un magrebí con antecedentes sería el autor del asesinato producido frente a la discoteca Brisas.

-Madrid. 30 de octubre. Dos acuchillados en incidentes relacionados con bandas latinas.

-Portugalete (Vizcaya). 29 de octubre. Detienen a un marroquí por agredir sexualmente a una mujer que había conocido en una red social.

-Palma de Mallorca. 27 de octubre. Dos argelinos son detenidos por un asalto a una mujer mediante la técnica del ‘mataléon’.

Además, está por confirmar la nacionalidad de los autores de los siguientes sucesos:

-Málaga. 31 de octubre. Un hombre de 28 años fallece en la capital malagueña tras recibir varios disparos.

-Palomares del Río (Sevilla). 31 de octubre. Un joven de 18 años muere apuñalado.

-Salou (Tarragona). 31 de octubre. Un joven fallece acuchillado en una zona de ocio.

-Sevilla. 31 de octubre. La policía detiene a 18 menores armados con cuchillos, machetes y objetos contundentes, por la comisión de presuntos robos con violencia.

La realidad no ha tardado en dar la razón al inspector Ricardo Ferris, recientemente fulminado por Marlaska por decir que el aumento de la criminalidad está relacionado con la inmigración ilegal. Lejos de acobardarse por la suspensión que en otros casos acalla al discrepante, este policía nacional sigue hablando claro:

“Delincuencia es igual a inmigración ilegal, eso no me lo puede rebatir nadie. Reto al ministro a que acuda a mi comisaría, saque el libro de registro de detenidos y le diga a la opinión pública con los datos delante si miente (él) o miente Ricardo Ferris, inspector de policía. Valencia ha pasado a ser la ciudad que más ha crecido en cuanto a delincuencia, desgraciadamente todo el mundo sabe ya que es una ciudad que difícilmente se puede diferenciar de Barcelona a efectos de seguridad ciudadana”.

Además, Ferris aborda un tema interesante: los acuerdos entre comunidades autónomas para recibir a los inmigrantes ilegales procedentes de regiones desbordadas:

“Las autoridades de Valencia acuerdan con las de Baleares la llegada a Valencia de ferris de 500 en 500 argelinos, los están trayendo en secreto y sin que se entere la opinión pública. Gran parte de ellos son delincuentes y, muchos de ellos, expresidiarios recién salidos de las cárceles de Argelia. Se están produciendo violaciones todos los días. Hace un par de semanas aquí violaron a un hombre, violaron a dos hermanos también, a turistas alemanes… y los autores siempre son los mismos. Hablamos de una media de una, dos o tres agresiones sexuales diarias, los fines de semana muchísimas más”.  

Estos últimos días también se han producido distintos casos de violencia doméstica. 

-Gijón. 30 de octubre. Una madre mata a su hija en Gijón administrándole gran cantidad de barbitúricos. 

El crimen ha estremecido a toda España excepto a las indignadas oficiales, de riguroso silencio. A pesar de que la víctima es mujer (una niña de 6 años) el feminismo pasa de puntillas, pues el autor del crimen no es un varón. El padre, por cierto, acababa de lograr la custodia “después de luchar cinco años”.

El silencio oficial nos recuerda que en el fondo las mujeres no interesan al feminismo, que las usa como abstracción, concepto y palanca revolucionaria para transformar la realidad. Munición para imponer un discurso que someta al hombre y convierta este movimiento en ideología oficial del Estado. Poco a poco lo van logrando, como se aprecia en el titular de la prensa más abyecta: 

“Detenida una mujer en Gijón tras encontrar muerta en casa a su hija de seis años”. 

En Antena3, Susana Griso asume la jerga oficial hablando de «suicidio ampliado«, lo que nos recuerda aquella columna de Luis García Montero titulada «Todos somos Ana Julia», la asesina del niño de 8 años Gabriel Cruz.

Si aplicáramos la lógica feminista plasmada en la ley contra la violencia de género, habría que arrebatar la presunción de inocencia a la mujer por su mayor tendencia a este tipo delictivo (filicidio) que el hombre (26 mujeres, frente a 24 hombres, han sido condenadas por sentencia firme por el asesinato de sus hijos desde 2007).

Sin embargo, otro caso reciente de violencia doméstica sí ha suscitado la reacción de la ministra de Igualdad. 

-Valencia de Alcántara (Cáceres). 31 de octubre. El Mundo titula: “Un hombre con antecedentes de violencia de género mata a su mujer y se entrega en Valencia de Alcántara”. 

¿Ha dicho hombre? 

Irene Montero: “El asesinato de una mujer de 30 años en Cáceres se investiga como violencia de género. Rabia y dolor ante lo que podría confirmarse como asesinato machista. Debemos redoblar todos los esfuerzos y recursos para llegar siempre a tiempo”.

Es curioso, pero el periodista de El Mundo deja para la última frase de la noticia un dato relevante: «El matrimonio era de origen musulmán y se habían asentado en esta localidad cacereña el pasado año».

Es indiscutible el poder del feminismo, que tiene un ministerio con más de 500 millones de presupuesto, a la prensa y a todo el mainstream oficial a su servicio. Sin embargo, la ideología de género podría estar viviendo el principio del fin. Se aprecian importantes grietas, como la división interna a propósito de la ley trans. O el paso atrás del PP de Madrid, que impuso la primera ley LGTBI autonómica en España y ahora planea modificarla «para evitar el adoctrinamiento trans en las aulas y proteger a los menores». 

En cualquier caso, hablemos de violencia callejera o doméstica, la realidad acabará por imponerse a la ideología. Y no es un vaticinio, pues el antiguo consenso que aprobó la ley contra la violencia de género por unanimidad en 2004, comienza a agrietarse ante la cruda realidad. También el de fronteras abiertas. Será, por tanto, esa realidad la que desmonte a quienes usan el espantajo del machismo o el racismo para justificar leyes que discriminan al varón, crímenes de autoría extranjera o que un ministro fulmine a un jefe policial por contar la verdad de la calle.

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