La catástrofe se ha cebado con la provincia de Valencia, donde oficialmente se contabilizan 211 víctimas mortales por las lluvias torrenciales del pasado 29 de octubre, pero testigos señalan que no se está contando la verdad ni a los valencianos ni al conjunto de los españoles.
Militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han retirado en la tarde de este viernes, en un margen de dos horas (entre las 16.00 horas y las 18.00 horas), más de 12 cadáveres (las fuentes presenciales aseguran a LA GACETA que han sido entre 12 y 15) de un garaje subterráneo de Paiporta, zona cero de la tragedia. Eran cuerpos sin vida de hombres adultos, y también de adolescentes y de niños. Voluntarios con maquinaria para drenar el agua del garaje han colaborado con los militares, que les han prohibido grabar: «No grabéis y no digáis nada».
Los vecinos de Paiporta señalan que la cifra de muertos es «superior» a la que anuncian las autoridades. «Hay sitios a los que no ha llegado nadie. Hay garajes que todavía no se han abierto, que siguen inundados», señalan a LA GACETA. «No nos fiamos. ¿Qué nos ocultan?», insisten. Culpan a las autoridades de ambas administraciones de la alerta tardía y de la reacción insuficiente: «Tendrían que haber venido 20.000 militares».
La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, confirmó este jueves que llamó a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, sobre las 19.00 horas del fatídico 29 de octubre para advertirle de que su municipio se estaba inundando «y que iba a morir mucha gente, que se estaba muriendo ya».
La localidad se encuentra sumida en un desastre humanitario sin precedentes que «sobrepasa los límites de lo asumible por una administración local». Desde el Ayuntamiento manifiestan que es «un caos inasumible e incontrolable». La regidora ya pidió esta semana que una autoridad competente supramunicipal «asuma las labores de coordinación», y recordó que la catástrofe ha afectado a la mayor parte de las viviendas, los negocios y las dependencias municipales.