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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Reperforan el túnel para rescatar a Julen sin ofrecer plazos de terminación

Los operarios que trabajan para rescatar a Julen, el niño de 2 años que cayó a un profundo y estrecho pozo el pasado 13 de enero en Totalán (Málaga), perforan nuevamente el túnel vertical de 60 metros para eliminar discontinuidades de sus paredes, sin ofrecer plazos de terminación.

Posteriormente se tendrá que entubar ese túnel para que, a través de él, pueda acceder la brigada de salvamento minero al objeto de excavar en el fondo y de forma manual una galería horizontal de cuatro metros que conecte con el pozo donde se cree que está el pequeño, tarea para la que se precisan unas 24 horas.

La primera perforación se preveía que durase en torno a 15 horas y finalmente se prolongó durante 55 debido a la dureza del terreno; tras lo que debería haberse acometido el entubamiento en un plazo de cinco a seis horas y el relleno de tierra durante dos o tres horas, aunque ahora se desconoce cuánto durarán esas tareas.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, y el ingeniero de caminos y canales Ángel García, coordinador del operativo técnico, en una comparecencia ante los periodistas, no han precisado nuevos plazos para los trabajos pendientes.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha alabado el esfuerzo «necesario y merecido» que se está realizando para rescatar a Julen y ha señalado que desde el primer momento han surgido dificultades, sobre todo debidas a la orografía del terreno, pero «es obvio que se están solventando con la mayor de las profesionalidades».

Grande-Marlaska ha reiterado su agradecimiento por la labor de la Guardia Civil, de las distintas instituciones y organismos, de los colegios oficiales y de los mineros asturianos, que darán «el último empujón para localizar y traer a Julen».

Por su parte, el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga ha empezado a recibir todos los informes, declaraciones y atestados relacionados con el suceso y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil trata de determinar cómo se hizo el pozo y si contaba con los pertinentes permisos, por lo que ha tomado declaración a la persona que lo hizo y al dueño de la finca.

Todas los informes, declaraciones y atestados que están realizando los agentes serán remitidos al titular de dicho Juzgado sin necesidad de que sea requerido por el juez, al igual que la prueba de ADN que se le hizo la semana pasada a un pelo de Julen (encontrado entre la tierra extraída del pozo) que ha sido cotejado con los familiares y con un biberón del menor.

El Seprona intenta dirimir qué se hizo antes, el pozo donde cayó el niño o la zanja que hay en los terrenos de la finca, un dato importante para la investigación, ya que podría dar veracidad a la declaración del empresario que abrió el pozo, Antonio Sánchez, quien aseguró que selló el orificio y que su actuación fue modificada posteriormente, según han indicado a Efe fuentes cercanas al caso.

Otro punto importante para los agentes es determinar si los movimientos del terreno para hacer la zanja pudieron mover la piedra con la que supuestamente el pocero cerró el agujero.

El Cerro de la Corona de Totalán, donde se encuentra el pozo, era hasta hace un semana un típico paraje de la Axarquía malagueña que, tras nueve días de labores de rescate del niño, ha sufrido una transformación radical.

El tradicional paisaje de almendros en flor y olivos ha dado paso a una imagen que puede asemejarse a la de una explotación minera, y el cerro ha desaparecido tal y como era conocido por los vecinos de este municipio.

Totalán es una «familia» de setecientos habitantes que ha volcado toda su solidaridad para apoyar a la familia del pequeño y al dispositivo que lo busca, según su alcalde, Miguel Ángel Escaño.

La propietaria de la casa en la que se están alojando los padres de Julen, Ángela Alcaide, ha explicado este martes a Efe que sintió desde que se enteró de la noticia la obligación de ayudar: «He hecho lo que había que hacer y ya está».

Alcaide ha indicado que no busca «ningún protagonismo», sino que les salió «del alma» a ella y su marido, que han puesto a disposición de la familia de Julen lo «poco» que tienen.

«Lo que queremos es que termine esta pesadilla», ha afirmado Alcaide, que ha añadido que los padres «están allí como si fuera su casa, el tiempo que haga falta».

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