La misa funeral por las víctimas de la DANA, organizada por la Archidiócesis de Valencia, se llevó a cabo en la Catedral de Valencia con la presencia de unas 400 personas, en su mayoría familiares de los fallecidos. El evento litúrgico, encabezado por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, comenzó pasadas las siete de la tarde. Durante su intervención, el prelado enfatizó el carácter religioso del acto, mientras se anunció que próximamente el Gobierno de Pedro Sánchez organizará una ceremonia de índole civil, en la que también se espera la participación del Ejecutivo autonómico de Carlos Mazón.
Un impresionante despliegue policial resguardó todos los accesos al recinto. Este operativo fue especialmente necesario debido a la presencia de manifestantes que protestaban contra la gestión tanto del Gobierno central como del autonómico.
La llegada de Felipe VI y la Reina Letizia, unos minutos antes de las siete, fue recibida con entusiasmo por decenas de personas que aclamaron a los Monarcas. Por otro lado, los políticos evitaron el contacto directo con los manifestantes, ya que accedieron al templo por una discreta entrada situada en la Plaza de la Almoina, casi sin iluminación.
Entre los asistentes del Gobierno, destacaron la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, quien también lidera el PSPV. Sin embargo, la ausencia del presidente Sánchez no pasó desapercibida.
El presidente valenciano, Carlos Mazón, llegó acompañado por los líderes de las comunidades autónomas de Murcia y Aragón, Fernando López Miras y Jorge Azcón, respectivamente. Durante la ceremonia, Mazón estuvo sentado junto a Montero, intercambiando palabras en un tono visiblemente serio. También asistieron otras figuras institucionales como el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, quien llegó después de los Reyes; la presidenta de las Cortes Valencianas, Llanos Massó; y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar de la Oliva.
La Catedral de Valencia, con capacidad para 700 personas, acogió este solemne acto que unió a representantes de diversos sectores de la sociedad, como el empresario Juan Roig, dueño de Mercadona, y otros miembros destacados de la sociedad civil. Mientras tanto, los manifestantes concentrados en la Plaza de la Reina permanecieron lejos de los accesos principales, evitando confrontaciones directas con las autoridades.
