Varias escuelas de Salt han descubierto indicios de castigos físicos a menores en mezquitas del municipio, lo que ha motivado una intervención coordinada entre el ayuntamiento, los Mossos d’Esquadra y la Generalidad, que han cerrado el caso tras una «mediación». Las alertas llegaron desde centros educativos como la Escola La Farga y la Escola Pia, cuyos docentes detectaron señales preocupantes entre el alumnado que asiste a clases de árabe en centros de culto islámico. La situación, según fuentes municipales, venía arrastrándose desde el curso anterior y ha obligado a activar protocolos para garantizar el bienestar de los menores.
El municipio gerundense, caracterizado por su inmigración masiva —con vecinos de hasta 94 nacionalidades y siete oratorios islámicos activos—, cuenta con una importante presencia de comunidades procedentes de Marruecos, Gambia, Kenia, Senegal y Mali. Las clases de árabe que se imparten en algunas de estas mezquitas son vistas por muchas familias como una vía para preservar sus raíces culturales y religiosas, pero los recientes episodios han puesto el foco sobre la necesidad de garantizar métodos pedagógicos no violentos.
Tras las primeras sospechas, el consistorio —a través del concejal de Educación, Adrià Martín (Junts)— organizó visitas no anunciadas a los espacios señalados, especialmente durante los fines de semana, cuando acuden más menores. Una de estas inspecciones permitió desactivar a comienzos de febrero una situación preocupante en uno de los oratorios más frecuentados, pero la Escola Pia notificó nuevos testimonios poco después, lo que llevó a ampliar la revisión a otros lugares de culto.
La intervención también incluyó a los Mossos d’Esquadra, que mantuvieron encuentros directos con los responsables islámicos. «Les trasladamos las preocupaciones recogidas y dejamos claro que no se puede permitir ningún tipo de maltrato», señalaron fuentes policiales, destacando el carácter preventivo de la actuación, que forma parte de un trabajo constante con comunidades religiosas en distintas localidades catalanas.
A pesar de que la Dirección General de Asuntos Religiosos fue informada de lo ocurrido, no llegó a desplegar ninguna acción concreta. En cambio, el ayuntamiento sí activó una red de colaboración con todas las escuelas concertadas de la ciudad, a las que pidió mantenerse vigilantes y notificar de inmediato cualquier posible caso de agresión. El último Consejo Educativo Municipal, celebrado el 4 de junio, confirmó que no se han registrado más denuncias desde entonces.