Hoy es San Ignacio de Loyola. 31 de julio. La mitad de España, por lo menos, iniciará hoy sus días de descanso, merecido o no. Da igual. San Ignacio de Loyola fue uno de los primeros santos universales. Era español. Diríase que por ser español fue universal. Porque ese ha sido el genio de España, su destino y vocación, su llamada, su participación en la comunidad de los pueblos. Fue canonizado el 12 de marzo de 1622, el Día del Triunfo Absoluto de España, junto a Santa Teresa, y San isidro Labrador, y San Javier, su discípulo y colaborador.
Ignacio de Loyola se hizo milites Christi, y con él a miles de católicos, en la famosa cueva de Manresa donde escribió sus Ejercicios Espirituales, camino ascético que han seguido millones de personas. Hoy, el Centro de Espiritualidad allí existente anuncia “Ejercicios espirituales para la llamada a trabajar en los márgenes sociales” (sic) y “Ejercicios espirituales en clave ecológica”, además de otros más, digamos, clásicos. Nada de ser ya milites Christi. La resignificación de las cosas propia de ese “marxismo cultural” de universidad yanqui y alemana se cierne sobre el ignacianismo. Da igual. Sigo el consejo que me dieron: las vacaciones no son para no hacer nada sino para cambiar de actividad.
Sigo buscando las huellas de Ignacio y Manresa. Aquella Manresa, al pie de la santa montaña de Montserrat, y su Virgen, a la que cantaron los mejores poetas. Catalanidad. Cristiandad. Un santo muy españolazo, soldado, y tal.
El separatismo catalán, la progresía, la renuncia a la defensa de lo propio – que es la Cueva, y el Timbaler contra los franceses, y ser la luz de Trento en la Reforma para detener a Lutero, que despedazaba con sus soflamas la unidad espiritual de Europa y con ello el sueño de la unidad política – han convertido Manresa en un lugar que hay que recuperar porque nos lo han expoliado.
La basura y la propaganda amenazan con destruir todo lo que aún de bueno queda en Manresa. El Ayuntamiento separatista refuerza, dice su propia web, la campaña “Estima la nit”, dirigida a prevenir conductas y agresiones sexistas, con el objetivo de hacer visible la problemática de las agresiones machistas y “LGTBIfóbicas”. Pero solo es propaganda y difusión de la hipersexualización y del consumo de alcohol masivo. Dicen que abrirán más fuentes de agua para que el alcohol no haga tantos estragos. Son auténticos sociópatas. Y que repartirán preservativos, como forma de hacer sostenible y seguro todo lo que suceda en las calles de Manresa. En fin, que Manresa va a ser el lugar menos seguro para nadie, en especial las mujeres.
Porque todo ese gasto y esa campaña de adoctrinamiento en la hipersexualización y consumo de alcohol LGTBIfílica es puro engaño para encubrir la realidad de Manresa: las mujeres tienen miedo de ir por la calle. Un miedo atroz. Un miedo que no tienen en Varsovia o Budapest. Porque Manresa ha sido el escenario de las sucesivas manadas de magrebíes muslimes. Agresión sexual doble en Manresa en diciembre de 2019, con condena a extranjeros. Segunda manada en Manresa de cuatro magrebíes que violan a una niña de 17 años en el verano de 2019. Primera manada en Manresa de cinco hombres condenados más otros dos por actuación grupal a una niña alcoholizada y drogada de 14 años. Ni machismo ni rollos LGTBI. Delitos en manada de cobardes sin honor que repiten sobre chicas y niñas indefensas lo que se hace en sus países o lo que ven, quizás, en internet.
En Manresa, donde San Ignacio encendió la luz de Trento. Mejor harían en la Cueva orar por esas niñas, por su seguridad, y por la expulsión inmediata y condena de sus agresores, los que han sido y los que quizás a estas horas planean su ataque cobarde.
Toca recuperar las calles, las plazas, los pueblos y las ciudades como Manresa. Recuperar el control, la seguridad y la libertad. Y acabar de plano con toda esa propaganda que sirve para esconder a los verdaderos responsables y culpables de la violencia en Manresa. Una forma cualquier de cooperación con el Mal.
Pienso en Manresa, y sus fiestas. Y en todas las fiestas de los pueblos de España. Y en Ignacio. Felicidades, amigo Ignacio Garriga y todos los demás. Recuperar Cataluña.