Las últimas oleadas de inmigrantes que han llegado a Canarias en los últimos meses han provocado que varias provincias andaluzas sean el destino elegido por el Gobierno de la nación. La última ha sido Sevilla, que ha visto cómo se han alojado casi 500 inmigrantes ilegales en céntricos apartamentos turísticos de la ciudad. VOX ha alzado la voz y pide al presidente de la Junta, el popular Juanma Moreno Bonilla, que deje de aceptar que Andalucía «sea el destino de aquellos que han asaltado nuestras fronteras y de los que no sabemos absolutamente nada».
Tras Málaga, Almería, Granada y Cádiz, le ha tocado el turno a Sevilla. El Ministerio del Interior ha decidido convertir Andalucía en el lugar residencial predilecto para los inmigrantes que están entrando en España de forma ilegal con Canarias como puerta de acceso. En este caso serán unos 500 los inmigrantes que desde el Gobierno de la nación han decidido realojar, además en pleno centro de la capital hispalense, en concreto en unos apartamentos turísticos que ahora tendrán otro perfil de «clientes».
Ante la pasividad de la Junta de Andalucía, que no pide ni explicaciones ni información al gobierno socialista, ha sido la diputada sevillana de VOX en el parlamento andaluz, Ana Ruiz, quien ha alzado la voz. En este sentido ha pedido a Moreno Bonilla que muestre su negativa «al reparto de los inmigrantes ilegales» en Andalucía, recordando que «Sevilla se suma así a la lista de provincias andaluzas que sufren las políticas de efecto llamada», las cuales «no solamente dañan la imagen de la ciudad de cara a los turistas, que sorprendidos y alarmados ven el centro de la ciudad tomado por estos inmigrantes ilegales», sino que, además, «tal y como nos han trasladado los comerciantes y vecinos, provocan un incremento de la inseguridad».
En este sentido, VOX ha pedido públicamente al gobierno del PP que se posicione en contra de que Andalucía se convierta en el «paraíso residencial» de estos inmigrantes, pero Ruiz se lamenta de que Moreno Bonilla se mantiene callado y «aceptando que nuestra tierra sea el destino de aquellos que han asaltado nuestras fronteras y de quienes no sabemos absolutamente nada, ni siquiera si en sus países de origen cometieron algún tipo de delito». Parece difícil por tanto que la mayoría absoluta de los populares alce la voz para decir «no a la invasión migratoria y a las políticas que fomentan la llegada», lamenta Ana Ruiz.