El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reduce a mero «incidente callejero» el amago de agresión a la Guardia Civil el martes por la tarde en Barbate (Cádiz). Unas veinte personas, algunas con antecedentes por tráfico de drogas, se dirigieron al cuartel de la Benemérita e increparon y amenazaron de muerte a los agentes tras dar el alto a un coche que circulaba a gran velocidad.
«Se trata exclusivamente de un incidente callejero, como desgraciadamente ocurre en muchos pueblos y ciudades de nuestro país», ha apuntado Grande-Marlaska. El ministro ha hablado tras inaugurar una exposición sobre el 11-M, desvinculando lo ocurrido con el asesinato de dos agentes por una narcolancha en febrero.
Fuentes de la Guardia Civil consultadas confirmaron anoche que se había registrado este incidente protagonizado por cuatro varones que circulaban en un coche. Posteriormente, una veintena de personas —entre ellos dos que iban en el vehículo— se dirigieron al cuartel para amenazar a los agentes.
Estas fuentes apuntaron que los individuos que amenazaron a la Guardia Civil están relacionados con una misma familia conocida de la zona. Además, muchos acumulan antecedentes por delitos de tráfico de drogas, lesiones, amenazas o delitos contra la seguridad vial. Un contexto que hace especialmente llamativa la afirmación de Marlaska.
En un mensaje en redes sociales, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Cádiz denunció este hecho. En un comunicado aseguran que estas personas gritaron «os tenía que pasar como a los del puerto», en referencia al asesinato de dos guardias civiles. El 9 de febrero dos agentes arrollados por una narcolancha en el puerto de Barbate.
Entre otros improperios la asociación ha apuntado que se oyó «os tenemos que matar» y «tenemos armas». Asimismo, desde la asociación han añadido que el cuartel tenía las puertas cerradas y que, por tanto, la veintena de personas no accedió a su interior.
