«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Rey habla de 'actualización' de España, pero no explica cómo

Esperadísimo mensaje de Nochebuena el de este 2017. Por primera vez, el rey se dirige a los españoles con una Comunidad Autónoma intervenida -con el 155 activado- y después de uno de los mayores órdagos al estado de Derecho.
Pero, quizÔ por esta circunstancia excepcional, el mensaje del monarca no resulta tan contundente o firme como cabía esperar: numerosas llamadas al diÔlogo e incluso -y mÔs llamativo- a la «actualización» de España. El monarca reclama que en Cataluña se respete la pluralidad y que el nuevo presidente piense «con responsabilidad en el bien común de todos».
La puesta en escena, tradicional y no exenta de detalles significativos. Nacimiento y foto de la Familia Real en el primer plano del mensaje; banderas espaƱola y europea en el segundo.
AdemÔs de Cataluña, el rey Felipe VI ha reclamado un papel protagonista para España en la Unión Europea, ha recordado la lacra de la violencia «de género» y se ha referido al terrorismo yihadista, con recuerdo directo de los atentados de Barcelona y Cambrils, como uno de los desafíos mÔs importantes del próximo año.

El mensaje del Rey, Ć­ntegro

«Buenas noches,
Me dirijo a todos vosotros para felicitaros la Navidad y transmitiros junto a la Reina, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofƭa nuestros mejores deseos para el aƱo 2018.
Y os agradezco que en esta noche de encuentro de familias y de seres queridos, me permitƔis acompaƱaros unos minutos para compartir con vosotros algunas reflexiones cuando estamos ya a punto de terminar el aƱo.
2017 ha sido en España, sin duda, un año difícil para nuestra vida en común; un año marcado, sobre todo, por la situación en Cataluña, a la que luego me referiré.
Pero también ha sido un año en el que hemos comprobado el compromiso muy sentido, firme y sincero de los españoles con la España democrÔtica que juntos hemos construido».

Descripción, a modo de recordatorio

«Porque lo largo de los últimos 40 años, hemos conseguido hacer realidad un país nuevo y moderno, un país entre los mÔs avanzados del mundo:
Hemos asentado definitivamente la democracia, incluso superando hace décadas un intento de involución de nuestras libertades y derechos.
Somos una parte esencial de una Unión Europea con la que compartimos objetivos y una misma visión del mundo. Frente al terrorismo hemos conseguido hacer prevalecer la vida, la dignidad y la libertad de las personas con la fuerza de nuestras convicciones democrÔticas.
Y hemos llevado a cabo, en fin, la transformación mÔs profunda de nuestra historia en muchos Ômbitos de nuestra vida: en educación y en cultura, en sanidad y en servicios sociales, en infraestructuras y en comunicaciones, o en defensa y seguridad ciudadana.
En definitiva, a lo largo de todos estos años de convivencia democrÔtica, los derechos y libertades, el progreso y la modernización de España, y también su proyección y relevancia internacional, han ido de la mano.
Y todo ese gran cambio, todo ese gran salto sin precedentes en nuestra historia, ha sido posible gracias a una EspaƱa abierta y solidaria, no encerrada en sƭ misma; una EspaƱa que reconoce y respeta nuestras diferencias, nuestra pluralidad y nuestra diversidad, con un espƭritu integrador; una EspaƱa inspirada en una irrenunciable voluntad de concordia.
En el camino que hemos recorrido, desde luego, hay que reconocer que no todo han sido aciertos; que persisten situaciones difĆ­ciles y complejas que hay que corregir, y que requieren de un compromiso de toda la sociedad para superarlas.
A pesar de todo ello, el balance tan positivo de todos estos años es innegable. Tenemos que apreciarlo y valorarlo. Merece la pena y nos lo merecemos como país y como sociedad».

Actualizar EspaƱa

«Porque la historia de la España que juntos hemos construido es la historia de un gran triunfo de todos los españoles. Una España a la que no debemos renunciar, que debe ilusionar y motivarnos, y que debemos seguir construyendo, mejorÔndola, actualizÔndola, sobre la base sólida de los principios democrÔticos y los valores cívicos de respeto y de diÔlogo que fundamentan nuestra convivencia.
Unos principios y valores que, como hemos comprobado incluso en este aƱo 2017, estƔn profundamente arraigados en nuestra sociedad, en la vida diaria de nuestros ciudadanos, y tienen raƭces muy hondas en las conciencias y en los sentimientos de los espaƱoles. Mucho mƔs de lo que nos podƭamos imaginar.
EspaƱa es hoy una democracia madura, donde cualquier ciudadano puede pensar, defender y contrastar, libre y democrƔticamente, sus opiniones y sus ideas; pero no imponer las ideas propias frente a los derechos de los demƔs.

Ideas frente a derechos

Ā«Respetar y preservar los principios y valores de nuestro Estado social y democrĆ”tico de Derecho es imprescindible para garantizar una convivencia que asegure ā€œla libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo polĆ­ticoā€, tal y como seƱala nuestra Constitución. Porque cuando estos principios bĆ”sicos se quiebran, la convivencia primero se deteriora y luego se hace inviable.
Hace unos días, los ciudadanos de Cataluña han votado para elegir a sus representantes en el Parlament, que ahora deben afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común de todos.
El camino no puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión, que –como sabemos ya– solo generan discordia, incertidumbre, desĆ”nimo y empobrecimiento moral, cĆ­vico y –por supuesto– económico de toda una sociedad.
Un camino que, en cambio, sĆ­ debe conducir a que la convivencia en el seno de la sociedad catalana –tan diversa y plural como es– recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo; de manera que las ideas no distancien ni separen a las familias y a los amigos. Un camino que debe conducir tambiĆ©n a que renazca la confianza, el prestigio y la mejor imagen de CataluƱa; y a que se afirmen los valores que la han caracterizado siempre en su propia personalidad y le han dado los mejores momentos de su historia: su capacidad de liderazgo y de esfuerzo, su espĆ­ritu creativo y vocación de apertura, su voluntad de compromiso, y su sentido de la responsabilidadĀ».

Las otras preocupaciones de EspaƱa

«Pero superar los problemas de convivencia que ha generado esta situación no nos puede hacer olvidar, por supuesto, otras serias preocupaciones y desafíos de la sociedad española, que también condicionan nuestro futuro y a los que me voy a referir muy brevemente:
Nuestra economía y el empleo han mejorado sustancialmente, pero la creación de puestos de trabajo estables tiene que ser siempre un objetivo esencial y prioritario. Como igualmente no puede caer en el olvido la obligación y la responsabilidad de afrontar la desigualdad y las diferencias sociales, sobre todo tras las consecuencias generadas por la reciente crisis económica, que tanto daño ha hecho a no pocas familias, y ha afectado tanto al futuro de muchos jóvenes.
El terrorismo yihadista sigue siendo una amenaza mundial y este año nosotros lo hemos sufrido directamente en Barcelona y Cambrils. Los españoles sabemos muy bien que solo desde la unidad democrÔtica, la firmeza del Estado de Derecho, y la eficacia de la cooperación internacional, podremos vencerlo y derrotarlo. Y así lo haremos, teniendo siempre muy presentes el recuerdo y el respeto permanente a sus víctimas.
La corrupción se mantiene también como una de las principales preocupaciones de la sociedad, que demanda que sigan tomÔndose las medidas necesarias para su completa erradicación y que los ciudadanos puedan confiar plenamente en la correcta administración del dinero público.
Por otra parte somos Europa, y Europa se encuentra en estos momentos en una encrucijada histórica. EspaƱa debe recuperar su protagonismo en un proyecto europeo que ahora requiere una mayor vitalidad e impulso. Europa –y EspaƱa con ella– tiene que hacer frente a unos retos que son globales y ante los que no cabe la debilidad o la división sino la fortaleza de la unión.
La defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climÔtico no son problemas menores ni secundarios por la dimensión y los riesgos que acarrean y que ya estamos sufriendo. Debemos ser muy conscientes de ello, e implicarnos todos mucho mÔs. Y España debe mantenerse firme en sus compromisos ante un problema que afecta a todo el planeta y que requiere soluciones no sólo globales, sino verdaderamente urgentes.
Tenemos otras muchas preocupaciones –desde luego– pero esta noche no quiero olvidarme de las mujeres que, en un silencio tantas veces impuesto por el miedo, sufren la violencia de gĆ©nero. Una lacra inadmisible que nos hiere en nuestros sentimientos mĆ”sĀ profundos y nos avergüenza e indigna. Mantengamos la firmeza y el apoyo polĆ­tico para ayudar y defender a las vĆ­ctimas y concienciemos a toda la sociedad contra esa violencia, criminal y cobarde, que degrada nuestra convivencia.
2018 nos espera en unos dĆ­as y debemos seguir construyendo nuestro paĆ­s, porque la historia no se detiene. Y no hemos llegado hasta aquĆ­ para temer al futuro sino para crearlo.
Y estoy seguro de que nadie desea una EspaƱa paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione; una EspaƱa serena, pero en movimiento y dispuesta a evolucionar y a adaptarse a los nuevos tiempos.
SintĆ”monos, sin complejos, orgullosos de todo lo que hemos conseguido porque es mĆ©rito de todos; confiemos en lo que siempre nos ha unido, en lo que somos, tal y como somos, y sobre todo en lo que podemos alcanzar juntos con una fe firme en nuestras convicciones y en nuestras capacidades. Si seguimos por ese camino, si lo hacemos asĆ­, y con todas nuestras energĆ­as, yo estoy convencido de que el aƱo que viene –y los que vendrĆ”n despuĆ©s– serĆ”n mucho mejores. Sin duda.
Ese es mi deseo para todos en esta noche tan especial.
Muchas gracias. Feliz Navidad, Eguberri on, Bon Nadal y Boas festas.
Buenas noches. Y Feliz y próspero año 2018».

TEMAS |
.
Fondo newsletter