Europa se juega el próximo domingo su futuro en unas elecciones decisivas que pueden conllevar un cambio en la mayoría de la Eurocámara por el crecimiento de las fuerzas conservadoras y soberanistas, y el descenso del grupo popular, socialista y verde.
La participación hace cinco años en España fue del 60,70%. Buena parte de los españoles han renunciado a ejercer su derecho a voto en la UE, una desafección por la deriva globalista (y contra la soberanía nacional) en Bruselas.
Muchos españoles señalan que «la gente no conoce bien la importancia que tiene Europa». «He dejado de comer fruta porque no sé si viene de África, de Marruecos, Colombia… yo quiero lo mío, no quiero que venga de fuera».