Por desórdenes públicos al término de la concentración en Madrid del pasado 1 de octubre en apoyo al referéndum separatista ilegal.
La Policía Nacional ha detenido a ocho miembros del grupo de ultraizquierda Red-Skin por desórdenes públicos al término de la concentración en Madrid del pasado 1 de octubre en apoyo al referéndum ilegal de Cataluña suspendido por el Tribunal Constitucional (TC).
Según fuentes policiales, han sido agentes de la Brigada Provincial de Información quienes han llevado a cabo la detención de estas ocho personas, a las que se imputa un delito de desórdenes públicos con el agravante de motivación ideológica, es decir, delito de odio.
Se trata de la operación Maestro, desarrollada en las últimas semanas tras los incidentes ocurridos al finalizar la concentración en apoyo al referéndum separatista ilegal de Cataluña y celebrada en la Puerta del Sol de la capital bajo el lema «Madrid por el derecho a decidir y contra la represión»».
Las detenciones han tenido lugar en las localidades de Pozuelo y Tres Cantos, y en la propia capital.
Unas 2.000 personas, según las mismas fuentes, asistieron a la convocatoria para apoyar el proceso independentista, entre ellas un pequeño grupo de 30 personas con banderas de España que se ubicaron en la calle Arenal y gritaron consignas por la unidad nacional.
Esto provocó una serie de enfrentamientos verbales entre los dos grupos hasta que el de la calle Arenal se disolvió.
Todo ello fue observado por un grupo de Red-Skin, que comenzó a organizarse en la confluencia de la Puerta del Sol con la calle Preciados, donde unas cuarenta personas permanecieron varios minutos, comenzaron a taparse el rostro con pasamontañas y subieron por la calle Preciados hacia Callao.
Después de caminar unos metros, aceleraron el paso hasta la carrera y provocaron una estampida general de los transeúntes que caminaban por la calle Preciados, que, desconcertados, corrieron a refugiarse en el interior de los centros comerciales.
Los vigilantes de la seguridad privada se vieron obligados a cerrar las puertas de los establecimientos.
Mientras, los servicios de emergencia asistieron a los heridos por las agresiones en el mismo lugar, aunque uno de ellos tuvo que ser intervenido de una fractura en un dedo. La operación sigue abierta en espera de más detenciones, según las mismas fuentes.
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