«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La oferta de Interior, ¿equiparación con los Mossos o simple subida salarial?

El secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, ha subrayado que con el acuerdo de equiparación salarial firmado el lunes por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, con sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles «se culmina una reivindicación justa e histórica».

Según anunció Zoido, el acuerdo contempla 1.207 millones de euros en tres años y, en la práctica, se verá reflejado en 2020 en un aumento medio de 561 euros en la nómina mensual de los policías y de 720 euros en la de los guardias civiles.
Sin embargo, no todos los agentes tienen tan claro que la equiparación llegue a ser total. ¿Por qué? Independientes de la Guardia Civil (IGC) lo explica así:
«Hemos asistido en este último semestre a la reivindicación histórica de las Fuerzas de Seguridad del Estado de cobrar lo mismo que sus homólogos de las Policías Autonómicas y, no sin sobresaltos y numerosas manifestaciones en las calles, se ha firmado un acuerdo por la equiparación salarial con el Gobierno de la nación para que se homologuen los sueldos entre todos los Cuerpos de Policía.
No contentos con ello, son muchos los guardias civiles y policías nacionales que siguen reivindicando la equiparación salarial. O dicho de otro modo: que a igual trabajo, igual salario, porque entienden que del acuerdo sólo puede deducirse que el Gobierno lo más que ha hecho ha sido subir sustancialmente el salario de los guardias civiles, tan bajo, tan bajo, que costaba entenderlo tratándose de un Cuerpo de funcionarios que superan oposición, academia de formación y un año de prácticas para arriesgar no sólo su vida, sino también su integridad física o moral, y estar sometidos a un Régimen Disciplinario que en muchos casos los ahoga, y terminan incluso, suicidándose.
Por tanto, el conflicto está servido y las divisiones provocan durante el servicio no pocas azarosas o enconadas discusiones entre los que aceptan el acuerdo y defienden a sus dirigentes sindicales o de las asociaciones profesionales y los que los recriminan por no haber seguido luchando por más, por lo justo, por lo necesario y por los guardias civiles en Reserva Activa, incluso por los Retirados.
Los hay que creen que la aceptación de todos llegará en cuanto los guardias civiles vayan viendo incrementada su nómina y vayan año tras año comprobando que las distancias con las nóminas de los Mossos de Esquadra se acercan.
Pero no todos lo tienen tan claro, ¿por qué? Pues porque el dinero sin duda no desagrada a nadie y es fuente de felicidad pero, por circunstancias, siempre nos resulta insuficiente, bien porque se compromete pronto, bien porque entre impuestos y obligaciones preexistentes la vida nos cambia poco. Así que la demanda de la equiparación se hará crónica, con sus momentos más álgidos, en cuanto se compruebe que las diferencias se perpetúan, si no en tanto, en menos, pero se mantendrán porque ciertamente el acuerdo ha sido metido con calzador, en base a que son muchos los que piden y muchas las necesidades del país, como que un incremento tan pronunciado no puede ser del agrado de la mayoría de ciudadanos, que les parecerá excesivo, cuando de ser así no sería sino porque era excesiva o abismal la diferencia de los que durante años y décadas han vivido con menos por hacer lo mismo.
Largo será pues el proceso, aunque los haya que piensen que en año y medio el salario estará igualado, para allá por el 1 de enero de 2020. No falta tanto para ello pero, sin ser pesimista, el problema estará servido si llegada esa fecha los guardias civiles siguen sin ver la nómina equiparada con la de los Mossos de Esquadra o, lo que es peor, si las diferencias de las nóminas entre los propios guardias civiles son aún más sustanciales y son los de siempre los que menos experimentan la subida salarial.
Habida cuenta de todo podrán los ciudadanos estar satisfechos, al menos, porque los guardias civiles vean mejoradas sus retribuciones y porque el aumento de sus rentas, junto con la de los policías y otros funcionarios, aumentarán la demanda y por tanto la creación de empleo, que igualmente redundará en cotizaciones a la Seguridad Social para aumentar las pensiones de los jubilados, nuestros padres, e igualmente la recaudación de impuestos para cubrir el gasto público».
 

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La letra pequeña del acuerdo de equiparación que preocupa a los agentes

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