Veintitrés años después del asesinato del socialista Ernest Lluch, el PSOE ha olvidado y perdonado a los autores del crimen. Desechado ya el lema «ni olvido ni perdón», el PSOE ha querido recordar al socialista vasco y su «legado» sin mencionar a ETA.
«Hoy recordamos y defendemos su legado, sus valores, su coraje y su visión de que un mundo mejor siempre es posible a través del diálogo», ha escrito el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López. Un mensaje aséptico que podría llevar a pensar en el fallecimiento por causas naturales de Lluch, cuando nada hay más antinatural que las pistolas de ETA.
Así como López no ha mencionado a los asesinos de Lluch —tras el acuerdo de investidura entre Bildu y el PSOE—, el propio Partido Socialista tampoco ha hecho mención a la violencia etarra. «Socialista comprometido con sus valores y con sus ideas, nos dejó un gran legado basado en la convivencia y en el diálogo», ha difundido el PSOE en su cuenta de Twitter.
En el mismo mensaje, el partido ha escrito «siempre en nuestra memoria». Una memoria que parece haber desaparecido durante los últimos pactos entre el PSOE y Bildu, partido fundamental en el andamiaje del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.