«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Policía Nacional y Guardia Civil, preparados para aplicar el 155

Las FCSE han desplazado 12.000 efectivos a Cataluña en previsión de la aplicación del artículo 155. Puigdemont no está protegido por el cuerpo de élite de los Mozos ni se ha hecho fuerte en el Parlamento catalán

Algunas informaciones empiezan a señalar que el presidente de la Generalidad de Cataluña, Carlos Puigdemont, ha abandonado su casa en Sant Julià de Ramis (Gerona) y se ha trasladado a la zona del Palacio de la Generalidad conocida como Casa de los Canónigos. Son las estancias que componen la residencia oficial de los presidentes del Gobierno regional hasta la salida del cargo de José Tarradellas.
Puigdemont habría aumentado, según esas informaciones, la seguridad y habría hecho uso del Grupo Especial de Intervención (GEI), el cuerpo de élite de los Mozos de Escuadra. Un cuerpo especializado en operaciones de alto riesgo, en misiones de rescate y antiterrorismo. Además habría ampliado el número de efectivos del Área de Personal, los equipos de guardaespaldas de la policía autonómica.
Según las mismas, el GEI que cuenta con 40 efectivos, de los que dos se encuentran de baja, estaría realizando los servicios de escolta y contravigilancia del presidente autonómico. Sin embargo, La Gaceta ha podido saber de fuentes de los Mozos que esta información no es correcta.
Puigdemont no se ha trasladado de manera permanente a la Casa de los Canónigos, sino que ha hecho uso de ella en alguna ocasión puntual para evitar el desplazamiento hasta Gerona. Además, la seguridad del presidente catalán no está en manos del GEI, sino que sigue dependiendo del Área de Personal. Desde GEI se ha informado a Puigdemont que su cometido no es dar ese servicio de guardaespaldas y en todos estos operativos se ha limitado a disponer en la azotea del Palacio de la Generalidad a tiradores de élite.
El grupo de operaciones especiales tampoco está haciendo las labores de contravigilancia del entorno del Palau. Éstas consisten en vigilar de paisano el entorno del edificio para detectar a posibles miembros de otras policías -en este caso de Policía Nacional y Guardia Civil-, o de potenciales alborotadores o personas que puedan alterar el orden. Estos cometidos los están realizando los miembros de las brigadas de Información, que es el cuerpo especializado en este tipo de labores.
Además, cuando se consultó al mando del GEI la posibilidad de organizar un dispositivo de estas características, éste se negó al considerar que las ocupaciones de este grupo de élite son otras y que no disponía de agentes suficientes como para la realización de estos servicios porque están a la espera de la incorporación de los 24 nuevos agentes que se encuentran en fase de formación.

Guardia Civil y Policía Nacional, preparados para el 155 y la detención de Puigdemont

La Gaceta se ha puesto en contacto con miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil para conocer las instrucciones recibidas en caso de que se aplicase el artículo 155 de la Constitución Española y tuvieran que hacerse cargo de las labores de seguridad ciudadana. En ese caso, los 12.000 agentes de ambos cuerpos desplazados a Cataluña en las últimas semanas se harían cargo de la mayoría de los servicios que hasta ahora prestan los Mozos de Escuadra. Mientras que el cuerpo autonómico pasaría a depender directamente del mando único que se estableciese.
Las fuentes consultadas consideran que el número de agentes desplazados, sumado a los efectivos que ya estaban destinados en Cataluña en ambos cuerpos, son más que suficientes para garantizar la normalidad y la seguridad ciudadana.
En el caso de que el proceso judicial contra Puigdemont, y los responsables del golpe de Estado que se está produciendo en Cataluña siga adelante, y llegase el momento de las detenciones, aseguran sin ningún tipo de dudas que están preparados para llevar a cabo las decisiones del juez.
Aseguran que en caso de que tengan que practicarse detenciones, estas serían encargadas a quienes ejercen en el procedimiento como Policía Judicial, es decir: la Guardia Civil desde que el juez desplazó a los Mozos por su ineficacia. En el caso de que huebiera que detener a autoridades de la Generalidad -incluído Puigdemont- que se encuentran protegidos por miembros de la policía autonómica, el procedimiento sería el ordinario.
Es decir: se personarían en el lugar en el que se encuentra el objetivo y comunicarían a los agentes encargados de su protección que deben proceder a la detención del dirigente político. En estos casos se pueden producir varias situaciones.
Lo normal sería que los miembros del cuerpo autonómico permitieran la detención interponiendo una queja por escrito pero sin oponer ningún tipo de resistencia. Pero puede ocurrir que se nieguen, lo que obligaría a los agentes designados para la detención a insistir de manera contundente para evitar la resistencia de los Mozos que entrarían en un ilícito penal.
Si la resistencia por parte de los Mozos fuera de carácter violento o contundente, los responsables de la detención tendrían que retirarse y pedir autorización a los responsables de Interior para poder responder de manera proporcionada, pero eficaz, y proceder a la detención de la manera que menor enfrentamiento se provocase.
 
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