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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El ‘procés’ de la mentira: Así inventan los ‘apoyos’ internacionales

El -falso- reconocimiento de la UE al hipotético «Estado catalán» es una de las cuestiones a las que el separatismo recurre con más asiduidad.

El separatismo está basando su campaña por el referéndum ilegal que pretenden celebrar el próximo 1 de octubre en falsos apoyos de instituciones internacionales al ‘procés’.

Les consuela que personajes como Yoko Ono, el exmiembro de ETA Arnaldo Otegi, exfutbolista Stoichkov, el fundador de Wikileaks Julian Assange, el tirano Nicolás Maduro y el investigador lituano Daniel Estulin hayan mostrado su respaldo al desafío a la ley, pero no superan que ninguna institución les apoye.

El último bulo ha sido asegurar que el primer ministro de Estonia, Jüri Ratas, apoya el «derecho de Cataluña a decidir su propio futuro», tras un tuit de una cuenta falsa -aunque verificada- de un individuo que se ha presentado como delegando de la Generalitat en el país o abanderado de Estonia en los Juegos Olímpicos -dos hechos también falsos-.

El gabinete de comunicación del Gobierno de Estonia ha confirmado que «apoya la integridad territorial y soberanía del Reino de España, un país democrático, miembro de la Unión Europea y aliado cercano en la UE y la OTAN». «Todos los problemas internos deben ser resueltos de acuerdo a la legislación española», dice.

El separatismo también ha utilizado una carta de un grupo de diputados daneses -no del Parlamento danés- en la que instan al Gobierno de España a dialogar con los secesionistas y aseguran que son los políticos quienes tienen que resolver las «tensiones» en cualquier país europeo para dar relevancia al ‘procés’. La realidad es que, según denunció el portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta, el texto solo fue firmado por 17 de los 179 diputados.

Además, ha manipulado unas declaraciones del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en las que tras asegurar que «hay que acatar las sentencias del Tribunal Constitucional y las decisiones del Congreso» señalaba que «si se da el sí a la independencia de Cataluña respetarán esa elección pero no podrá convertirse en miembro de la Unión Europea al día siguiente».

Ante la algarabía separatista, Margaritis Schinas, portavoz jefe de la Comisión Europea, recordó la Comisión Europea (CE) solo aceptaría el resultado de un hipotético referendo sobre la independencia en Cataluña si estuviera avalado por el Tribunal Constitucional español. «Las sentencias del TC tendrán que ser respetadas antes que cualquier resultado de cualquier referéndum. Sólo cuando esa condición se cumpla, que las decisiones del TC y las Cortes sean respetadas, un resultado puede ser respetado», dijo.

El -falso- reconocimiento de la UE al hipotético «Estado catalán» es una de las cuestiones a las que el separatismo recurre con más asiduidad.  El  expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrel, ya se lo recordó a Oriol Junqueras en un debate en 2016. «Usted dijo que no había discusión, que Cataluña tiene garantizada la pertenencia autonómica en la UE, aseveró Borrell, «yo me limito a explicar aquí que la posición oficial de la Comisión, que como usted sabe es intérprete de los Tratados, es la que tiene la misión constitucional de interpretar los datos y fija las posiciones comunitarias». Esta interpretación dice: «Si una región de un Estado miembro se convierte en un Estado independiente, los Tratados se dejarán de aplicar automáticamente en ese nuevo estado».

Aunque llamen al «derecho de autodeterminación», la Fundación Internacional de Derechos Humanos ha recordado que los acuerdos internacionales para superar la etapa histórica del colonialismo no son aplicables al caso de la Comunidad Autónoma de Cataluña, y la ONU ya aseveró que «Cataluña no está incluida entre los territorios con derecho de autodeterminación».

Pero el ridículo no queda aquí. Puigdemont y su Gobierno han celebrado que el Departamento de Estado de EEUU afirmara que el referéndum ilegal es «un asunto interno» de España. Tras esto, el presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en nuestro país, Jaime Malet, ha salido a la palestra y ha alertado del riesgo de que Cataluña pierda la sede social de «muchas empresas» y también inversiones empresariales si la Generalitat construye «una realidad paralela» a la legalidad española.

Ha explicado que «muchas compañías» tienen «preparados» planes de contingencia para cambiar las sedes sociales de sus compañías de Cataluña a otras partes de España en función de lo que suceda el 1 de octubre. «El plan de contingencia para una compañía catalana que tenga su sede social en Barcelona o en Gerona es muy barato y muy fácil. De un día para otro se convoca un consejo de administración, que ya está preparado, y en 24 horas ya tienes la sede en cualquier otra parte de la geografía española», ha precisado.

El presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en España ha opinado además que cuando se difunde «en todo el mundo que un Parlamento no va a cumplir lo que dice el Tribunal Constitucional estamos en un momento muy peligroso». En este sentido, ha considerado que la independencia de Cataluña respecto al resto de España «es imposible», porque «tendría que cambiarse la Constitución», y ello requiere de mayorías reforzadas.

La Cámara de Comercio de EEUU en España es una institución centenaria de la cual forman parte un total de 288 socios que suman una facturación agregada en España de 248.000 millones de euros. Forman parte de esta cámara grandes multinacionales estadounidenses como HP, General Electric, Pfizer, Cola-Cola, Cisco o Dow Chemical, entre otras.

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