¿Cuáles son los efectos de la desproporcionalidad del sistema electoral español? Esta es la eterna pregunta siempre que se acercan unos comicios.
A menos de dos meses para que se celebren las elecciones autonómicas en Cataluña comienzan a proliferar los sondeos demoscópicos vaticinando quién puede ser el ganador el próximo 21 de diciembre. No sólo eso, sino que ya también muchas encuestas comienzan a analizar cómo los posicionamientos de cada formación pueden favorecerles o perjudicarles en caso de unos nuevos comicios generales.
Es por ello que ya se empiezan a oír las primeras quejas por la desproporcionalidad de la ley electoral que otorga más o menos escaños en función de la concentración del voto y que provoca que cada partido necesite un número completamente diferente de apoyos para conseguir un escaño en la Cámara.
¿Qué es la ley D´Hont? ¿Por qué favorece a los grandes partidos y a las formaciones nacionalistas?¿Es posible que los escaños valgan lo mismo para todas las fuerzas políticas?
La ley D´Hont es el sistema electoral que se aplica en España y que consiste en dividir el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción, -que en la mayoría de los casos suele identificarse con las provincias-.
¿Qué ocurre entonces? Que los partidos nacionalistas que suelen tener más apoyos en determinadas provincias consiguen más escaños por esas circunscripciones que las formaciones que no gozan de un voto tan concentrado. De esta forma, en las elecciones de junio de 2016 a partidos como el PNV, la antigua Convergencia o ERC les costaba muchos menos votos el escaño que a partidos como Unidos Podemos o Ciudadanos.
Tanto es así que la formación animalista PACMA no consiguió representación a pesar de haber obtenido 283.845 votos, un resultado similar al de la formación nacionalista vasca, PNV, que por el contrario sí se hizo con cinco diputados en el Congreso.
También ocurrió en las últimas elecciones catalanas de 2015. El Parlamento de Cataluña está constituido por 135 diputados elegidos en cuatro circunscripciones: Barcelona reparte 85 escaños, Girona 17, Lleida 15 y Tarragona 18. Por ello, la aplicación del sistema electoral suele beneficiar a Lleida y Girona, provincias con el censo más reducido y donde los partidos nacionalistas tienen más peso.
Es más, se estima que un voto en Lérida vale 3,3 veces más que un voto en Barcelona por lo que históricamente las formaciones separatistas siempre saldrán mejor paradas que el resto siempre que no consigan un voto concentrado en estas dos provincias clave.
La historia se repite
Los partidos volverán a verse las caras el 21 de diciembre, pero los resultados no serán excesivamente diferentes siempre que las formaciones no independentistas no consigan no sólo un mayor número de apoyos, sino también una mayor concentración del voto.
Por su parte, en las elecciones a nivel general continúan evidenciándose estas diferencias. Tanto es así que en las última encuesta publicada por Sociométrica para El Español se evidencia cómo la ley electoral perjudica a ciertas formaciones. El partido De Santiago Abascal, Vox, conseguiría un escaño con un 2% de los votos mientras que ERC conseguiría con un 0,1 punto más hasta ocho diputados.
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Vox conseguiría un escaño en el Congreso si se celebraran nuevas elecciones
