Rajoy, en una entrevista en TVE, ha considerado «de puro sentido común» que Puigdemont no puede ser investido.
El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido al presidente de Parlament, Roger Torrent, y a los que le apoyen de las responsabilidades en las que incurrirían en caso de que siguieran adelante con el pleno de investidura de Carles Puigdemont, pero ha confiado en que eso no ocurra.
Rajoy, en una entrevista en TVE, ha considerado «de puro sentido común» que Puigdemont no puede ser investido y ha expresado su deseo de que «todo se desarrolle con normalidad».
Por eso, después de insistir en que lo deseable es que esa situación «no se produzca», porque significaría también «prolongar la inestabilidad», ha considerado que Puigdemont está generando «un grave problema a todos, incluso a los partidos independentistas».
«Hay muchos más candidatos», ha subrayado Rajoy, en cuya opinión lo normal sería que se propusiera un candidato «limpio», no sometido a la acción de la justicia.
En esta línea, ha considerado «de puro sentido común» que Puigdemont no puede ser investido y ha expresado su deseo de que «todo se desarrolle con normalidad», de que se cumpla la ley y de que el Parlament, donde está convocado el pleno de investidura para las tres de la tarde, acatara la voluntad del Tribunal Constitucional (TC).
Y es que, según ha recordado, el TC ha sido muy claro a la hora de señalar que Puigdemont no puede ser candidato si no está presente y, además, con la autorización del juez.
«No se puede ser prófugo de la Justicia, residir en Bruselas y pretender que a uno le elijan presidente de una institución democrática», ha avisado Rajoy, quien ha apostillado: «Espero que no suceda, sería el culmen del espectáculo que está dando» Puigdemont en los últimos tiempos.
Preguntado por la decisión de acudir al Tribunal Constitucional pese al dictamen en contra del Consejo de Estado, Rajoy ha asegurado que el Gobierno «cumplió con su obligación» y que «»volvería a hacer exactamente lo mismo en una situación igual».
En su opinión, no se trata de tomar riesgos o no, sino que «el Gobierno tiene que estar en la mayor» y no en pensar si pierde o gana votos con sus decisiones, ya que una de sus obligaciones -ha dicho- es evitar una «situación disparatada» como sería que se presente a la investidura un candidato «fugado de la Justicia y en Bruselas».
Así las cosas, ha asegurado que en el Ejecutivo están «muy satisfechos» por la resolución del TC y ha zanjado: «El Gobierno cumplió con su obligación y yo tengo la conciencia muy tranquila».
También ha negado que ningún miembro del Gobierno llamara a magistrados del Constitucional para «decir lo que tenían que hacer» ni cree que ninguno lo hubiera aceptado.
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