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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Robles anuncia que Defensa no se unirá al duelo por la muerte de Cristo

El Gobierno de Pedro Sánchez, quien la pasada semana felicitó el final del Ramadán a la comunidad musulmana, vuelve a despreciar a la mayoría católica.

«España es un país no confesional y hay que darle al César lo que es del César y no mezclar cuestiones privadas con las institucionales». Así se ha manifestado la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en RNE tras ser preguntada por la tradición católica en las Fuerzas Armadas.
Pero ha ido más allá y ha mostrado su rechazo a la decisión de la exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, de cumplir en España la costumbre de colocar la bandera nacional a media asta desde las 14:00 horas de Jueves Santo hasta las 00:01 horas del Domingo de Resurrección en todas las unidades, bases, acuartelamientos militares, así como en la sede central del Ministerio de Defensa y en las delegaciones territoriales del Departamento en señal de luto y de respeto por la muerte de Jesucristo.
«Es muy respetable, pero en nuestro marco constitucional no tiene cabida», ha afirmado, despreciando así la fe y las costumbres de la mayoría de los españoles. Y es que, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), casi el 70% de los ciudadanos de nuestro país dice que es católico.
Además conviene recordarle a Robles que este gesto cuenta con la jurisprudencia positiva del Supremo y del Constitucional, que señalaron que la celebración de fiestas religiosas no ataca a la aconfesionalidad del Estado.
El Tribunal Constitucional, en su sentencia 34/2011 de 28 de marzo, avaló que “cuando una tradición religiosa se encuentra integrada en el conjunto del tejido social de un determinado colectivo, no cabe sostener que a través de ella los poderes públicos pretendan transmitir un respaldo o adherencia a postulados religiosos”.
Respecto a la participación de las Fuerzas Armadas en las procesiones, la ministra socialista ha apuntado que «hay que distinguir las tradiciones, que son parte del acervo cultural que hay que proteger y conservar, de lo que son meras manifestaciones religiosas, que son una cuestión privada».

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