«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Román Cendoya: 'No veo el milagro económico de Rajoy por ningún lado'

“Me habría gustado que hubieran intervenido España”. “Cedimos toda nuestra soberanía económica con el euro”. “No veo el milagro económico de Rajoy por ningún lado”.

Para alguien como él, que ha hecho de la libertad bandera de su vida – “por eso no he tenido hijos”- que ETA le obligara a marcharse de San Sebastián, su ciudad y en la que vive toda su familia, fue un trago amargo que sigue recordando años después. Ahora, instalado entre Madrid y Lima, dedica su tiempo a un trabajo que le apasiona -empresario y experto en comunicación política- y analiza, cuando puede, lo que pasa a ambos lados del Atlántico en distintas radios y platós de televisión. Con ustedes Román Cendoya.
-Empecemos, como se suele decir, por el principio. En 1996, con 32 años, abandona su San Sebastián amenazado por ETA. Amigos suyos, como Gregorio Ordóñez, se dejaron allí la vida. ¿Cómo se vivieron aquellos años? ¿Cómo lo viven ahora ustedes, los supervivientes?
Una experiencia de amenaza, de persecución, es muy singular y en aquella época la vivíamos con miedo. Si no hubiera miedo, la actitud de defensa democrática no tendría valor porque estarías haciendo una locura, pero cuando te encuentras en esa realidad no te queda más remedio que apechugar con ello y seguir luchando por lo que pensábamos y lo que tenía que ser. Ahora nos queda seguir luchando por la memoria de nuestros amigos asesinados. Nosotros seguimos juntos emocional y físicamente, Ana Iribar [viuda de Gregorio Ordóñez] vive en Madrid, solemos juntarnos en el Patronato [de la Fundación Gregorio Ordóñez], en actos privados y públicos, mantenemos viva la memoria de nuestros amigos. Yo sigo manteniendo el contacto con María San Gil, Jaime Mayor… con quienes éramos un grupo de trabajo que debíamos estar haciendo bien las cosas porque conseguimos que el Partido Popular fuera la fuerza más votada en San Sebastián y la segunda más votada en el País Vasco. Teníamos un discurso firme, de principios y valores, que ninguno de nosotros hemos cambiado; no hemos pasado página para nada, todo lo contrario, por eso seguimos siendo enormemente molestos para mucha gente.
-Si ustedes no han cambiado y ya no están cerca del PP… ¿Ha cambiado el partido?
Yo nunca he sido militante del PP. Sí he sido muy cercano, he sido director de campañas, he representado al Partido en instituciones… pero nunca he sido militante. No acepto la obediencia debida, soy libreprensador. Dicho esto, claro que el Partido Popular ha cambiado el discurso. No se puede salir, como hace Borja Semper, en el Diario Vasco con el representante de Bildu y el del PNV más radical. No se puede salir tomando unos potes el día de Nochevieja diciendo que hay que construir el futuro del pueblo vasco entre todos y que hay que construir el futuro con Bildu. ‘Pues mire, con Bildu no tenemos nada que construir’. Son matices fundamentales de un cambio formal de discurso. En el momento que pierdes tu posición y entiendes que tienes que ser un poco como piensan los nacionalistas… para eso en el País Vasco ya está el PNV. El resultado es que en las últimas autonómicas y municipales el PP ya ha perdido las dos terceras partes de sus votos y el que los ha recuperado es el PNV.
-Mientras realizamos esta entrevista usted está en Perú. ¿Cómo se ven las cosas desde allí? ¿Se ve España de otra manera?
Produce cierta desazón, por la globalidad hacia lo peor que se produce en los distintos países. Soy un privilegiado porque puedo ver la realidad social, política y económica de estos países. Ayer, durante el almuerzo, decía ‘no hagáis lo peor; no hagáis lo malo de los países, sino lo bueno’, porque Perú desde el año 96 está en crecimiento económico continuo. Pero ha llegado la corrupción con el caso Lavajato y Odebrecht… la política se ha convertido en todas partes en la exaltación del mediocre. Cuando ves el nivel de pérdida de prestigio de quienes se sientan en los escaños con el paso de los años… Hace años se miraba a la bancada socialista durante el Gobierno de Felipe González, o a la bancada del Partido Popular, y veías en primera fila a Loyola de Palacio, a Rodrigo Rato, a Álvarez Cascos a Arias Salgado… Todos con un peso infinitamente superior a lo que encuentras ahora en la bancada de estos partidos. Había banquillo.
-Suena nostálgico…
La política se va degenerando y va perdiendo categoría y se genera ese divorcio entre ciudadanos y políticos. Además vivimos una sustitución en la construcción de la sociedad por el liderazgo tecnológico, por empresas que responden a intereses personales. Así, Facebook, Twitter y las redes sociales están generando, junto con Amazon, Apple, Samsung y compañías tecnológicas, una nueva sociedad que no es una mejor sociedad, sino una sociedad al servicio de sus intereses. Y eso es porque la ideología, los principios y los valores han sido sustituidos por intereses y necesidades de ciertas empresas. Eso no es bueno para el mundo.
-Pero eso no tiene vuelta atrás. ¿No cree que es imposible luchar contra los gigantes tecnológicos?
Unos políticos de mayor categoría podrían frenar el avance de los gigantes tecnológicos, pero no hay voluntad.
-¿Cómo se haría?   
Vamos a ver.. se está generando ideología y modelo social a través de los trending topics y resulta que la mayoría de esos trending topics y de los intentos de generar opinión están hechos a través de trolls y de robots gestionados por los propios servidores.
Tú puedes lanzar una idea peregrina, de nueva ingeniería social, y ponerla de moda. Y como hay un montón de gente acrítica que sigue la sociedad y las tendencias con los ojos cerrados, dice ‘ah, esto es la novedad. La unidad familiar tiene que ser en vez de una pareja, tres, y vivir en tríos todo el mundo. Venga vamos…’. Pero si todo eso, en lugar de hacerse con nicks y nombres ficticios, estuviera con personas que ponen su cara, nombres y apellidos por ley, que cada uno diga lo que quiera, pero el ejercicio de la libertad iría acompañado de un ejercicio de responsabilidad. Usted es responsable de lo que dice, no se esconde detrás de nombres presuntamente graciosos para insultar, amenazar o vejar a la gente. Usted con su nombre diga lo que quiera… pero con su nombre. Hay muchas prácticas para corregir estos defectos de las compañías tecnológicas, como su no residencia fiscal en los países en los que generan su economía. Hay que romper los monopolios de cuatro o cinco compañías que utilizan palabras tan bonitas como ‘mercado global’, que en realidad es mercado único. Eso una política potente podía arreglarlo, pero hay una política débil que no lo arregla.
– De su visión de España a la visión de sus amigos peruanos. ¿Cómo ven allí España? ¿Nombran a Puigdemont tantas veces como aquí?
Perú tiene una relación muy especial con España porque fue la sede del virreinato. Se sienten casi más españoles que nosotros muchos de ellos, pero a la vez es una relación complicada porque, por un lado les robamos el oro pero no se lo robamos, luego somos la madre patria y, como digo yo siempre, uno se independiza de ‘su puta madre’, pero no de la madre patria…
-¿Interesa esa madre patria?
Existe una enorme preocupación y un enorme interés por la realidad española y, no sólo por la Liga de fútbol -que aquí hay más peñas madridistas y del Barça que en España, casi-… Preguntan qué está pasando y están perplejos por lo que dura el desafío separatista. ‘¿Pero no se había suspendido la autonomía?’, preguntan. Ya, ya, pero es que el Gobierno está siendo débil. Les llama la atención la Unión Europea en la que un tío como Puigdemont puede pulular por ahí y existe perplejidad, pero la misma que tenemos los españoles.
-¿Usted también?
Yo sigo perplejo. A día de hoy la presidenta del Gobierno catalán se llama Soraya Sáenz de Santamaría y los consejeros son los ministros de España, estamos bajo el sólido artículo 155, que en manos de Rajoy es menos sólido que un mosquito. Y vemos actuaciones como las de TV3, las calles…
-Es empresario. ¿Cómo valora la situación económica de España? ¿Se le puede reconocer al Gobierno de Rajoy haber mejorado las cifras?
Los impuestos en España son altísimos y son un freno absoluto para el desarrollo económico. Yo no creo que el PP haya hecho una meritoria gestión de la crisis económica, porque lo que ha hecho es cumplir con Europa. Ha sido un mero servidor y lo que más le ha preocupado es salvar los huevos y los panes de los políticos a costa de los ciudadanos. A mí me hubiera gustado que hubieran intervenido España, creo que habría sido una magnífica solución.
-¿De verdad? ¿Le habría gustado un rescate? 
Un rescate con intervención, con los señores de negro. Porque no nos habrían hecho lo mismo que a Grecia, Portugal o Irlanda, porque la estructura política y económica es diferente.
-¿Qué habría pasado aquí?
Habrían dicho ‘a ver, la estructura de gasto del Estado’. Habrían cogido el organigrama del Estado y habrían dicho ‘Gobierno. Lógico. Tiene Ministerio de Educación. Lógico’. Luego habrían visto las Comunidades Autónomas, que tienen Consejería de Educación. Luego habrían visto las diputaciones y luego los ayuntamientos, que tienen Consejería de Educación. Lo mismo con Sanidad y Deportes… Al final habrían dicho: ‘¿qué es esto de las Comunidades Autónomas?’. 400.000 políticos enchufados, muchos cargos metidos a dedo, 17 parlamentos autonómicos, no sé cuántas oficinas internacionales… televisiones autonómicas… resumen, que un 30% del PIB se va en gasto estructural de una organización replicada por arriba y por abajo. Lo normal es que hubieran tachado y hecho desaparecer. Se habrían cargado las autonomías.
-Pero no hubo rescate…
No. Lo que ha habido es que Mariano Rajoy ha cumplido todo lo que se le ha mandado. No hemos salvado los bancos, hemos salvado las cajas de ahorro españolas gestionadas por políticos; hemos salvado las Autonomías; hemos arruinado a la clase media, nos hemos cargado a los profesionales liberales a través de medidas de Montoro y compañía y hemos conseguido que los sueldos españoles pierdan el 30% de su valor. Todo eso endeudando el país en seis años de Rajoy el doble de lo que lo endeudó Zapatero en ocho años… Yo no veo el milagro económico por ningún lado.
-Y, encima, las hucha de las pensiones…
La situación económica es complicada, pero si a eso le sumas tramitología, burocracia y dificultades -que un autónomo, por ejemplo, produzca o no produzca tenga que pagar un impuesto de 300 euros al mes por intentar trabajar- no avanza. Nos hemos comido la caja de las pensiones y tenemos un sistema de pensiones quebrado. Yo a finales del año pasado arranqué una campaña en redes sociales y dije que en 2018 tendríamos que escoger: autonomías o pensiones. En 15 años, por ejemplo, llegaré a la jubilación… tenemos que saber que no va a haber sistema de pensiones, no va a haber poder adquisitivo.
-¿Así lo cree?
Igual te pueden dar una pensión de subsistencia, de cien euros, que no vale para nada. Nos mienten de manera constante desde el Pacto de Toledo hasta ahora; ellos ya sabían que esto iba a pasar porque la pirámide de población es la que es… El primero que dijo que había que hacerse planes privados de pensiones fue el ministro Pedro Solbes en el año 92, que ya sabían entonces que el sistema estructural no funcionaba.
Pero como los políticos no tienen visión estructural de reconstruir la sociedad y mejorarla, sino de hacer demagogia y permanecer en el poder, nadie nos ha contado la verdad. Nadie ha dicho a los españoles: ‘señores, esto no funciona, esto hay que modificarlo y hay que hacer un sistema que garantice las pensiones de nuestros mayores, pero también que cuando ustedes lleguen se les va a mantener’. Y eso sabiendo que las familias, en lugar de tener cinco hijos, seis, ocho, como en los 60, tienen 1.3 o 1. La situación es verdaderamente preocupante.
-Decía antes que prefería la intervención. ¿No le hiere el orgullo perder nuestra independencia económica ante Bruselas?
La soberanía financiera la cedimos con el Euro. Los presupuestos nos los marca Europa; las tasas de endeudamiento también. La única ventaja que tenemos es que como somos la cuarta economía europea y no somos como Portugal, Irlanda o Grecia, somos un país sistémico. Si España quiebra, quiebra el sistema, entonces lo único que tenemos que tener es fortaleza de negociación y para plantar cara, pero Mariano Rajoy no es esa persona. Hemos hechos los presupuestos que ha querido la señora Merkel, lo único que ha hecho él es tener un buen traductor de alemán para coger el fax de Merkel y aplicarlo… lo que ha sido es un bienmandado.
-¿No le reconoce ni el descenso del paro?
Sí, es un éxito, pero lo ha hecho a base de precarización del trabajo que, por otro lado, es una tendencia que va a aumentar y es global. El problema es la digitalización de la sociedad, que hace que sobre un montón de mano de obra. La intermediación, que era significativa, queda eliminada con la era digital. Tú aparcas con tu móvil, te pagas el aparcamiento, haces las transferencias… todo lo haces tú mismo. Antes lo hacían empleados. Había taquilleros para el cine, 14 o 15 ventanillas… todo lo que haces tú, además de quitar a la persona que te atendía en el mostrador, destruye empleo en todas partes y esto no lo ha sabido resolver Occidente. Por eso va a haber una precarización del trabajo y una brecha brutal en la sociedad futura, con una minoría muy, muy rica y con unos niveles de vida espectaculares y una sociedad muy igualitaria y bastante pobre.
-Usted ha sido director de comunicación de un Ministerio y se dedica a la comunicación… ¿qué nota pone en este aspecto al Gobierno Rajoy?
Muy baja. Muy, muy baja. No sabe contar las cosas, y es una característica de la derecha. Además, el perfil cuasi funcionarial de los ministros actuales hace que no exista política por parte del Gobierno del PP. El Gobierno de una nación tiene que hacer política, y eso se hace a través de la comunicación, haciendo docencia, explicando la realidad de las cosas, por qué y cómo se hacen… Pero para eso es necesario tener un modelo y un proyecto de país, y el problema de Rajoy es que no tiene ningún proyecto para España. El ejercicio de la comunicación que ha hecho la Secretaría de Estado de la Comunicación, en lugar de potenciar y vender las políticas del Gobierno, ha sido perseguir periodistas, controlar y censura para que no se criticara al muy amado líder. Es muy divertido porque, cuando Gobierna el PSOE, detienen a los del PP, los meten en la cárcel y en los medios de comunicación ponen a los de la izquierda. Cuando gobierna el PP, detienen a los del PP, los meten en la cárcel y en los medios de comunicación ponen a los de la izquierda. Esa es la inutilidad de la forma de hacer comunicación del Partido Popular.
-¿Ha sido Cataluña el mayor fracaso comunicativo?
Cataluña es un fracaso político.
-Me refiero a que no han sabido vender el 155, por ejemplo, que ha beneficiado electoralmente a Ciudadanos, y fuera de España parece que tampoco han sabido explicar lo que pasaba aquí…
Es que el PP no tiene comunicación. No hay un fracaso, es que no hay directamente. No existe. Creen que la comunicación política es crear argumentarios y repetirlos como papagayos. Hay que estudiar muy bien el caso Rajoy para enseñar a la gente lo que nunca se debería hacer. Empezó con la corrupción, que no la supo explicar por su cercanía y luego siguió con el plasma. Cuando empieza un gobierno con mayoría absoluta y tú te pones detrás de un plasma, queda todo desmontado. En el Gobierno de Aznar se entró en precario y se sacó una mayoría absoluta. El de Rajoy se entró con mayoría absoluta y… Eso refleja la gestión de este gobierno.
-Vale. El Gobierno suspende. ¿Y los medios de comunicación? ¿Qué nota les pone?
En independencia tienen un cero. Probablemente porque la crisis de la sociedad digital les afecta. La mayoría de los grupos están quebrados y se han dejado someter a las voluntades de los gobiernos. El Grupo Prisa está abierto porque Soraya Saénz de Santamaría se encargó de buscar la financiación. La situación es precaria y han sido muy torpes al someterse a los caprichos del Gobierno, al aceptar censuras, vetos de profesionales… El propio Gobierno se ha metido a aprendiz de brujo teniendo La Sexta abierta para que se desgastara la izquierda y se rompiera el PSOE y les ha salido un grano en el trasero… Los medios no han entendido la nueva sociedad.
-¿Conclusión?
Nos hemos cargado la estructura de un Cuarto Poder que antes era independiente y que ahora es dependiente y nos hemos cargado la pluralidad en aras de ‘me tengo que cargar la derecha porque la derecha con principios y valores no me interesa porque me pone contra el espejo y no me interesa”.
-Hace tiempo se fumaba usted puros con Mariano Rajoy. ¿Volverá a hacerlo?
Sí, me fumaría un puro con él siempre. Lo que no sé es si él estaría cómodo, porque yo soy muy educado pero muy políticamente incorrecto y le explicaría a la cara perfectamente por qué cree el hashtag #MarianoRajao. Lo que pasa es que dejó de fumar puros hace tiempo.
-¿Con quién no se sentaría a conversar nunca?
Con los terroristas. Como me quisieron matar en lugar de hablar, no tengo nada que hablar con ellos. Con todos los demás, diálogo abierto y permanente.
-¿Además de libre, cómo se define Román Cendoya?
Soy una persona muy trabajadora y me divierto muchísimo con mi trabajo. Hago lo que quiero, porque yo lo que he buscado toda mi vida ha sido la libertad, ser independiente, autónomo… y soy optimista, me parece que estamos viviendo uno de los momentos más fascinantes de la historia de la Humanidad, probablemente el más fascinante.
-¿Por qué?
Porque en la historia de la humanidad, el homo sapiens ha sido analógico y ahora, fruto de nuestro propio desarrollo, hemos inventado lo digital. Todo lo hemos creado nosotros, pero no sabemos aún lo que hemos creado. Destruye empleo, cambia estructuras sociales, globaliza el mundo, cambian las relaciones personales, es súper fascinante. Nosotros somos los últimos homo sapiens y estamos conviviendo con los prehistóricos del homo digitalis.
-¿Usted cree?
Ha cambiado el paradigma de la educación. De la nuestra, la educación en el saber, a la de generaciones educadas en el acceder. Eso supone un cambio de especie. Volvemos a estar en un periodo histórico en el que dos homínidos compartimos el planeta y estar ahí, en ese momento de la historia de la humanidad, es una suerte enorme. Lo único que me preocupa es que los valores y principios fundamentales del ser humano -la independencia, la libertad, la razón- prevalezcan en el futuro. Pero…
-¿Qué?
Creo que esa partida la estamos perdiendo.

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